El Vaticano también está acertando en otras cuestiones. Por ejemplo, la mediación que está realizando la Iglesia en Cuba
(Juan Pablo Somiedo).- La Iglesia católica es una realidad milenaria. Pero el actual rol político del papado en la escena del mundo es una conquista relativamente reciente. Durante tres siglos, después de la paz de Westfalia, el papado vivió al margen de los Estados. Su neutralidad entre las potencias llevaba asociada su irrelevancia.
La denuncia que hizo el papa Benedicto XV de la primera guerra mundial como «matanza inútil» marcó el aislamiento posterior de la Iglesia. Tal es así que la Santa Sede no fue ni tan siquiera invitada a las conferencias de paz que pusieron fin a las dos guerras mundiales del siglo XX.
Todo esto cambió cuando Juan Pablo II ocupó la sede de Pedro. La frase pronunciada desde el balcón el día de su elección: «No tengáis miedo» supuso el principio del fin del sistema comunista soviético. Y ello a pesar de todos los religiosos que hicieron la labor de espías para la policía secreta comunista, ya desde sus tiempos como obispo auxiliar de Cracovia.
Algunos de ellos han fallecido en fechas relativamente recientes. (Tal es el caso del padre Sadus, que ocupaba, en este tiempo, la parroquia de Cracovia y murió en 1990 o el padre Szczotkowski, que ocupaba el cargo de canónigo en la catedral de Cracovia y murió en 2000).
También pidió la intervención militar en Timor Oriental, en Haití y en el África de lo Grandes Lagos (éste último sin ser escuchado, y con el consiguiente genocidio de poblaciones enteras).
En 1990 se opuso a la intervención en Irak, pero después del 11S aprobó las operaciones bélicas en Afganistán. Éste es solo un resumen de su intensa actividad en esta área y nos revela la imagen de un Papa bien informado y que deja oír su voz.
Pero Benedicto XVI no es Juan Pablo II. El papa actual es un teólogo y un intelectual que ha hecho de la denuncia de la dictadura del relativismo y el empeño de conciliar la fe y la razón los dos ejes principales de su papado. Pero esta formación no le proporcionó las herramientas adecuadas para evitar las dificultades en el intenso juego de la diplomacia internacional.
Este hecho, unido a su empeño por rodearse de colegas conservadores sin la debida formación en ciencia política junto con evitar el asesoramiento de los oficiales de la Curia, bien entrenados en el arte de la diplomacia vaticana, le han valido al Papa no pocos problemas. A esto hay que añadir otro factor relacionado con la personalidad del Pontífice. El Papa Wojtyla recibía constante información fresca y de primera mano a través del constante flujo de comensales invitados para desayunar, almorzar o cenar. Benedicto XVI ha reducido drásticamente esos encuentros.
El déficit de este papado en cuestiones geopolíticas puede observarse claramente si echamos un vistazo a la escasez de comentarios y análisis vaticanos con respecto a las consecuencias de la llamada «Primavera Árabe». Pero también queda reflejado en enormes errores como el que supuso invitar a los miembros de la Fraternidad de San Pío X.
Entre los cuatro obispos, ordenados ilícitamente por el fallecido cardenal Marcel Lefebvre, estaba el obispo Richard Williamson, que poco tiempo antes había negado el Holocausto judío. Este episodio, junto con la decisión de acercar a la santidad a Pío XII por sus «virtudes heroicas» y la rehabilitación de la misa tridentina preconciliar, con su «Oración por la Conversión de los Judíos» agravaron de forma significativa las relaciones del Vaticano con los judíos.
Según fuentes internas del Vaticano, el Papa admitió que no había sido informado adecuadamente y reprendió a su equipo por un uso insuficiente de Internet. Este mismo hecho, de ser cierto, deja entrever un déficit muy importante en la gestión de la información.
Hoy en día, utilizando el «argot» de los profesionales a esto se le llama explotación de información de fuentes abiertas, también conocida por sus siglas en inglés OSINT (Open Source Intelligence). Ya nadie analiza la información de forma «amateur». Todos los Estados y las grandes multinacionales cuentan con equipos de analistas profesionales que utilizan avanzados software de análisis.
A la vista de las palabras del Papa, el Vaticano no cuenta con nada que sea remotamente parecido a esto para asesorar en la toma de decisiones al Pontífice.
Otro de los errores que han pasado a formar parte de una larga lista ha sido lo que los analistas han llamado «la catástrofe de Regensburg». Corría el año 2006, y en su famoso discurso en la Universidad, el Papa citó un texto del siglo XV en el que un emperador bizantino afirmaba «Mostradme qué ha traído Mahoma que fuera nuevo, y allí sólo encontraréis cosas malignas e inhumanas, como su orden de difundir mediante la espada la fe que predicaba».
La reacción no se hizo esperar y masivas protestas anticatólicas estallaron en el mundo musulmán. Sin embargo, el cuento tuvo un final feliz y mediante una cumbre católico-musulmana en el Vaticano, se logró transformar un conflicto inicial en un gran paso adelante.
A pesar de todos estos errores, y para ser justos, el Vaticano también está acertando en otras cuestiones. Por ejemplo, la mediación que está realizando la Iglesia en Cuba, que se ha visto plasmada en la reciente puesta en libertad de algunos presos que pertenecían a la disidencia cubana.
Los objetivos últimos del Vaticano en la isla a día de hoy siguen siendo los mismos que tras la visita del Papa. De un lado lograr la plena libertad de culto y de otro el reconocimiento a nivel estatal de los proyectos educativos católicos. Todo parece indicar que la presencia de la Compañía de Jesús, que ha sido un continuo, incluso en los tiempos más duros de la revolución va a ser un factor determinante en un hipotético escenario de transición a la democracia.
Hoy los jesuitas tienen presencia en toda la isla, que incluye parroquias en La Habana, Camagüei, Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba. Recientemente ha sido nombrado superior de la Compañía en Cuba el sacerdote español Juan Miguel Aguirre.
Uno de los proyectos ansiados por los jesuitas desde que las escuelas privadas fueran nacionalizadas por Fidel Castro en 1961 es llevar a la realidad un proyecto educativo en la isla que tenga un poco más de proyección y amplitud formativa que el Instituto Pedro Francisco Bono de la Republica Dominicana.
En China, el Vaticano sigue en la larga batalla. Algunos obispos permanecen encarcelados desde hace 14 años y aunque el Papa ha guardado prudente silencio a nivel internacional sobre este hecho, el propio editor de AsiaNews les ha rendido un pequeño homenaje. La reciente ordenación de obispos sin la aprobación papal (a pesar de los esfuerzos del arzobispo Savio Hon Taifai) no ha hecho más que enturbiar más una situación ya de por sí bastante complicada.
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