La pregunta del creyente y de la Iglesia hoy consiste en saber si estamos cuidando bien nuestra fe, si la conocemos, si sabemos transmitirla
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(Abel Toraño, SJ, en Sal Terrae). Vivir el Año de la Fe, la obra que aquí se presenta, es un subsidio pastoral ofrecido en el Año de la Fe por el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización. Siguiendo las propuestas de Benedicto XVI en la convocatoria de este año especial, esta obra centra su propuesta en cuatro puntos: confesar, celebrar, vivir y rezar. Detrás de las propuestas de este subsidio hay un buen grupo de teólogos, catequistas y párrocos que han acordado una redacción unitaria al alcance de todos.
Tras el Prólogo de Rino Fisichella, la Introducción explica en qué consiste el «Año de la Fe». La raíz de la fe no puede ser otra que el encuentro con Cristo, el cual interpela a la vida humana y nos hace exclamar: «Tú eres el Cristo». Esta respuesta da origen a una fe que irá madurando y formulándose a lo largo de los siglos en la comunidad creyente (Iglesia) y madurando en los grandes concilios. La pregunta del creyente y de la Iglesia hoy consiste en saber si estamos cuidando bien nuestra fe, si la conocemos, si sabemos transmitirla, si, en definitiva, estamos haciendo lo que tenemos que hacer o deberíamos hacer algo distinto o algo más. Este «algo más» no quiere ser respuesta pragmática o eficacista, sino expresión adecuada de la belleza de una fe que se celebra y se transmite, como tesoro, a otros.
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