¿Cuándo, Señor, cuándo te pusimos de rodillas? ¡Es imposible porque nosotros siempre estuvimos postrados ante Ti!
(Jairo del Agua).- Esta parábola en verso es de un laico, teólogo y padre de familia, misericordioso y ejemplar. Como toda verdadera parábola, trasciende imágenes y palabras. Permitidme empezar compartiéndoos lo que a mí me ha sugerido:
¿Cuándo, Señor, cuándo te pusimos de rodillas? ¡Es imposible porque nosotros siempre estuvimos postrados ante Ti!
Siempre te honramos con enorme cantidad de ritos, de oro, plata y piedras preciosas. Incluso enriquecimos los tronos, cetros, colgantes y anillos de nuestros obispos por ser tus representantes…
Y tal vez fluyan en lo hondo estas u otras respuestas: Me tuviste arrodillado y humillado muchas, demasiadas veces.
En la esposa o el esposo afectivamente olvidado. En los padres ancianos que malviven sin verte. En los hijos, a los que te avergonzaste de hablarles de Mí y sobreviven famélicos e inconscientes ante la responsabilidad de la vida. En los vecinos y compañeros ante los que me negaste y se perdieron la ayuda de tu testimonio.
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