La polémica surgió apenas las imágenes salieron a la luz en la red. Un grupo de sacerdotes rumanos ortodoxos decidió recaudar dinero con un método inusual: crearon un calendario hot con jóvenes clérigos mostrando sus atributos.
El calendario fue creado por el Pussy Riot artistic photograph bajo el lema de «Libertad de expresión, unidad y tolerancia», se vende a 10 euros y en la sensual producción se observa un grupo de muchahos vestidos -y no tanto- de sacerdotes mostrando una inquietante parte de su vida privada.
Como era de esperarse, las críticas comenzaron a salir en los sitios webs que publicaron la noticia.