Queremos continuar con nuestra línea, sin pararnos, pero pensando qué estamos editando y qué se necesita en las librerías
(Jesús Bastante).- Ester Marco es la directora de Ediciones Paulinas, una editorial que además tiene sus propias librerías, de las que Ester dice que son también, «centros culturales y centros de acogida».
Viene a hablarnos de varios de los últimos libros de la colección paulina de espiritualidad, que se caracterizan por ser reflexiones para gente sencilla.
«¿Quién dijo que lo sencillo no puede ser profundo?«, concluye la directora de la editorial.
¿Cuántos años lleva la editorial?
Ya en los años 60-70 editamos algunos libros. En 1994 empezamos una segunda etapa, con el objetivo de renovarnos, así que vamos a cumplir ya casi 20 años, en lo que se refiere a los libros. Porque tenemos otra parte dedicada a los audiovisuales, con la que continuamos. Es cierto que no hay muchos DVD, porque es difícil para la temática catequética.
Hoy, 25 de enero (fecha de la entrevista), celebramos la conversión de San Pablo. ¿Cómo nació Paulinas, y para qué?
La editorial Paulinas la quiso nuestro fundador, el beato Santiago Alberione, que ya en el 1914 fundó los Paulinos, la Orden de San Pablo. En 1915 nos fundó a nosotras, y ya nos fundó con este carisma de la evangelización a través de los medios de comunicación, que en sus tiempos eran la prensa y los libros. El objetivo era frenar lo que entonces llamaban «la mala prensa», que debía ser seguida por la buena prensa. Así empezó la formación para el clero, los laicos… Fundó bastantes institutos, entre ellos, nosotras, que formamos parte de la familia paulina, extendida por todo el mundo.
Además de editar libros, los vendéis. ¿Cuántas librerías tenéis en España?
Cinco. Que, a pesar de la crisis, se mantienen. Con mucha fatiga, viendo que hoy en día muchas librerías se están cerrando, pero siguiendo con el trabajo porque para nosotras no es solamente vender, es evangelizar. Se trata de que nuestras librerías sean centros de acogida, centros culturales donde se puedan hacer distintas iniciativas, tanto a favor de la editorial como de algún libro.
¿Acogéis presentaciones de libros en vuestras librerías?
Sí. La que más hace es la de Barcelona, que trata de hacerlas todos los años. Los libros del Papa, por ejemplo, han sido presentados los tres allí. Aunque no sea mucha gente la que participa, lo que queremos es que se sigan haciendo en un entorno de libros, que es lo nuestro. Así que estamos renovando algunas librerías como la de Valladolid, impulsando otras como las de Madrid o Granada.
¿Son «El perfume de la fe», de Antonio Gil Moreno; «Cartas para encender linternas», de Paco Miramontes y Carmen Guaita; y «La memoria del corazón», de Xavier Quinza, libros de espiritualidad?
Al ser una editorial pequeña, nosotras tratamos de que nuestra línea editorial encuentre un camino propio respecto al resto de editoriales religiosas de España, que son muy buenas y con las que tenemos muy buena relación. Todos estos libros se enmarcan en esa línea, en esa serie de espiritualidad sencilla. No significa que lo sencillo no sea profundo. Son cosas cortas, pero son temas muy actuales.
Antonio Gil ya tiene más libros con nosotras. Esta vez ha hecho una selección de autores en torno al Año de la Fe, añadiendo sus propias reflexiones. No son autores que sean religiosos, santos, o que hablen del Papa. Son poemas que nos llevan a encontrar a Dios y encontrarse con uno mismo.
«El perfume de la fe» ha tenido muy buena acogida. Antonio es muy amigo nuestro, y ha escritos estas pequeñas perlas que pueden ayudarnos a encontrarnos con Dios.
Por otro lado, cuando Paco y Carmen nos presentaron su libro, nos gustó mucho la forma tan bella en que escribían los dos sobres estos pequeños valores que estamos perdiendo en la vida y en nuestras relaciones personales. La forma epistolar también se ha perdido, ya no escribimos cartas, y tenemos que recuperarlo. Porque al escribir una carta, que ahora parece muy antiguo, puedes pensar bien la respuesta.
¿Hemos perdido la capacidad de enfrentarnos al papel?
Sí, es un ejercicio de madurez. Esa dulzura de las cartas se hecha en falta.
Por otro lado, el jesuita X. Quinza ha escrito ya 4 libros con nosotras, y la verdad es que, como buen jesuita, trata mucho la forma espiritual, la contemplación, etc. Reflexiona sobre cómo recuperar todo esto para, una vez que lo hemos asumido y recuperado a Jesús, poder transmitirlo. Porque hay que darlo. No podemos quedarnos en una espiritualidad individual.
Este último libro se llama «El cuerpo del amor», y es sobre la eucaristía. Y verdaderamente, te hace vivir la eucaristía en la vida, en cada momento. Es un libro que puede ayudar, aunque quizá es de una espiritualidad más profunda. Pero no asusta, no echa para atrás a la gente. Es un canto a la vida.
¿Puedes contarnos algo sobre la autora del libro «No tires la toalla»?
Es una profesora de Religión que vive en Valencia. Su experiencia ha sido en un colegio donde la mayoría de los alumnos tienen problemas de atención. Hay muchos gitanos, y ella, que está casada, tiene un niño en acogida. En el libro cuenta cómo prepara sus clases de Religión. Cuando llegó al colegio eran muy poquitos alumnos, y ahora, a partir de su creatividad para presentar la clase de Religión como una experiencia de apertura, involucrando a los padres, a los otros profesores, y a la parroquia que tienen al lado, le ha dado un giro total. Ella siempre dice que necesita, de vez en cuando, retirarse un día para rezar. Que no siempre se puede vivir con tanta actividad.
¿Olvidamos las cosas esenciales por estar comidos por la prisa?
Sí, tenemos que relajarnos un poco.
¿Cómo ha logrado la profesora Paz atraer hacia la clase de Religión católica a chicos que originalmente pertenecen, en su mayoría, a otras confesiones cristianas?
Ella trata también de que los alumnos conozcan todas las religiones, y nosotras hemos apostado mucho por este libro porque creemos que es una experiencia que puede aportar mucho.
¿De qué trata el libro «Las horas del día»?
Su autor es un sacerdote de Milán, que lo que ha tratado es de coger las horas del día que salen escritas en el Evangelio, y a las que no solemos hacer mucho caso. Por ejemplo, «y al alba, Jesús se levantó a rezar», o «a media mañana curó…», «y luego fue a la sinagoga…». Así, el va repasando los distintos momentos que ha pasado Jesús, a partir del Evangelio, y hace una explicación personal, vivencial, para la aplicación en nuestras vidas. Para saber cómo vivir nuestras horas, nuestras noches, conjugándolos con una espiritualidad bíblica sencilla.
Los títulos de todos vuestros libros son siempre muy sugerentes. ¿Es el propio autor el que lo escoge, o es la casa la que lo propone, guardando su estilo?
Normalmente los autores nos proponen un título, nosotras lo pensamos, vemos si es atractivo o no, y le proponemos el cambio al autor. Siempre solemos dejar que el autor ponga el título, porque el libro es como su hijo. Y nosotras ponemos los subtítulos, que es donde se condensa lo que dice el libro. Es un trabajo de todo el equipo editorial: el autor da un original, y nosotras proponemos unas correcciones. Pero son los autores, en último término, los que deciden. Nosotras sólo sugerimos.
¿»Las palabras vivas», de Pedro Miguel Lamet, es una novela?
El autor tiene muchos libros escritos en editoriales religiosas, la mayoría novelas históricas. Paulinas le conocemos mucho por la Feria del Libro de Madrid, a la que viene a firmar. Entonces se le pidió que nos escribiera un libro sobre San Juan, que no es una novela, pero tampoco es una exégesis. Es un poco de todo.
Parte de Juan, que desde la isla donde está de anciano, recuerda su vida, los momentos más importantes, a través de palabras: agua, vino… Así va repasando el Evangelio profundamente., pero de una forma más sencilla, porque el Evangelio de Juan no es muy fácil.
En el mes de mayo nos propuso también reeditar «Las palabras calladas».
¿Vuestra última colección es «El arte de creer y reavivar la catequesis»?
Es la línea de formación, de espiritualidad en la catequesis, que tratamos de desarrollar más. Desde el principio se nos ha conocido en España por la catequesis, por libros de juegos, de dinámicas… y también para la formación de catequistas, que nos parece muy importante, porque pensamos que hoy en día no se pueden hacer las cosas tan sólo porque se tenga muy buena voluntad. No hay que prescindir del libro de catequesis, pero hay que formarse para formar. Es tan importante saberse el nombre de los chicos como tener preparada el aula, dar unos buenos días, o tener planificado un momento de oración. Nuestros libros ayudan a esa motivación.
¿Por qué son tan importantes los símbolos, en una sociedad que aparentemente está perdiendo los valores?
Vivimos en la era de la comunicación, de los medios, del periodismo, y si no cogemos estos símbolos que aparentemente no significan nada, perdemos todo nuestro horizonte. La vela, por ejemplo, es un símbolo muy bonito de luz, y el significado de la luz se puede aplicar a la vida. La cruz es otro símbolo que para nosotros dice mucho. Es importante que los símbolos no pierdan su significado, y que nosotros no perdamos los símbolos, porque eso significaría perder también los valores.
¿Hacia dónde quiere ir Paulinas?
Queremos continuar con nuestra línea, sin pararnos, pero pensando qué estamos editando y qué se necesita en las librerías. Ésta es una ventaja que tenemos nosotras y que otras editoriales no tienen: las librerías son laboratorios para ver cómo funciona un libro, para difundir y proponer, y darle a la persona que lo necesita el material que necesita. Yo creo que es muy bonito que en nuestras librerías haya libros adecuados para la persona adecuada y en el momento adecuado.
¿Por lo general, la gente llega a las librerías religiosas sabiendo lo que quiere, lo que busca?
Bueno, nuestra misión también es, en parte, la de orientarlas, proponer libros que las puedan servir… No siempre se adivina, pero por lo menos lo intentamos.
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