Debemos volver al Vaticano II donde se dice que la Iglesia era el Pueblo de Dios en marcha, donde se nos habla de la primacía de la conciencia, donde se nos habla de una Iglesia Colegiada no dividida
(Clelia Luro de Podestá en Eclesalia).- Estimado Benedicto XVI, nuestro hermano mayor. Soy Clelia Luro de Podestá, la compañera de vida y de lucha de Jerónimo Podestá Obispo.
Helder Cámara arzobispo de Olinda Recife Brasil, que nos entregó en Roma junto con 2.900 obispos del mundo entero, el Concilio Vaticano II, nos marcó el camino en nuestras vidas, él unió nuestras manos y nos dio su bendición acompañando a Jerónimo en el caminar que Dios le marcaba.
Por una amenaza a muerte de la triple A tuvimos que partir al exilio. Nuestro primer destino fue Roma donde Jerónimo quería entrar al Vaticano anunciándoles el baño de sangre que se cernía sobre nuestra Patria, para que la Iglesia como Institución actuara para evitarlo, pero Roma guardó silencio. En Argentina, los que conducían el Episcopado, con su silencio cuando no con su bendición, acompañaban el Proceso Dictatorial mientras unos pocos lucharon y fueron mártires derramando su sangre.
Después de la Partida de Jerónimo en el año 2000, yo dediqué mis días a entregar nuestra historia en varios libros. En el año 2011 viajé a Roma a presentar la autobiografía de Jerónimo a través de sus escritos «Jerónimo Obispo, Un Hombre entre los Hombres«, y lo hice llegar a sus manos con una carta.
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