Todo está cambiando ahora, pero yo espero que si el Papa o el imán de la mezquita, o un rabino, o un líder hindú... dicen algo, los creyentes les escuchen
(Jesús Bastante).- Faisal Bin Abdulrahman Bin Muaammar es el Secretario General del KAICIID, un centro de promoción del diálogo interreligioso surgido a raíz de la Alianza de Civilizaciones, y que hoy se ha presentado en Madrid, con motivo del XX aniversario de la firma de los Acuerdos entre España y las confesiones minoritarias. Convencido defensor del diálogo entre civilizaciones, Bin Muaammar sostiene, en una entrevista a RD, que «queremos utilizar la política para ayudar a la religión, y no utilizar la religión para ayudar a la política«.
¿Qué es KAICIID?
Es un centro internacional para el diálogo interreligioso e intercultural. Después del 11 de septiembre la gente empezó a utilizar la religión para atacarse. Entonces, la única forma de solucionar ese problema, no es a través del conflicto y del odio.
El rey Abdulah, de Arabia Saudí, que es el guardián de las dos mezquitas sagradas, quería pedir el diálogo entre las distintas personas y las distintas creencias. Celebró una cumbre en Arabia Saudí con la presencia de 57 estados. Quiso reunirse también con el Papa, y consiguió su apoyo, así como el de 500 líderes del mundo islámico, de distintos grupos, que también dieron su apoyo a esta iniciativa. ¿Por qué hizo todo esto? Porque Arabia Saudí es el corazón del Islam. Un millón seiscientos mil musulmanes practican el Islam cada día, y muchos millones de personas visitan ese país por motivos religiosos cada año. S esta iniciativa sale del guardián de las dos mezquitas árabes, es muy importante.
Después de esto, también viajó a Madrid, y se reunió con el Rey Juan Carlos, y organizó una conferencia a la que invitaron a distintos líderes judíos, cristianos, hindúes, budistas. Y en esa reunión de Madrid se dijo que era importante que hubiera un foro permanente para el diálogo. Luego el rey fue a las Naciones Unidas y habló ante la Asamblea General para pedir apoyo para su idea. También ahí consiguió el apoyo islámico, judío, cristiano… Se aceptó la idea de organizar un foro permanente, y se organizó un comité para trabajar en su puesta en marcha. Se eligió Viena como el lugar de la sede, y España y Austria decidieron unirse como estados fundadores, junto a Arabia Saudí y la Santa Sede. Estos estados y la Santa Sede son las partes fundadoras. También tenemos miembros judíos, musulmanes, cristianos, hindúes y budistas, que están trabajando juntos. No tenemos la capacidad de solucionar problemas, pero podemos juntar a las personas para que hablen entre sí. Podemos reunir a musulmanes, cristianos, judíos, hindúes y budistas, y poner en marcha la iniciativa en los lugares de culto y en los centros educativos, a través de las familias. La idea es conectar a la gente.
¿Es la primera vez que se intenta llevar a cabo un proyecto así no sólo de cara a los estados, sino pretendiendo incidir socialmente a través de las familias, los centros educativos, etc.? ¿Es una iniciativa arriesgada además de novedosa?
Es la única forma de entenderse. Pero no es arriesgado, es una cuestión de sabiduría. Si utilizamos la sabiduría, no hay problema. Los religiosos siempre son sabios, y pueden utilizar esa sabiduría para entender a los otros. Todos somos seres humanos, y como seres humanos, nos conocemos muy bien. Tenemos que utilizar la religión para encontrar una conexión, no para dividirnos.
Usted ha dicho antes, durante su ponencia, que la religión debe ser parte de la solución en vez de parte del problema, pero la historia nos demuestra que el mal uso del nombre de Dios ha provocado guerras, muertes y sufrimiento. ¿Cómo utilizar bien la religión y sus valores, para progresar y construir un futuro de paz y convivencia?
No es difícil. La religión siempre es el mensaje de Dios, y el mensaje de Dios es para vivir. La política tiene siempre un interés especial, para un grupo especial. Pero la religión es para todo el mundo, para todos los hombres, para toda la humanidad. Necesitamos unirnos y conocernos para poder vivir en paz. Podemos compartir recursos, proteger el medio ambiente… ¡hay tantas cosas que podemos hacer con unidad! Pero si no lo hacemos a través de la religión, vamos a perder, porque desgraciadamente la política no está contribuyendo a crear la paz.
Queremos utilizar la política para ayudar a la religión, y no utilizar la religión para ayudar a la política.
¿Cuáles son los proyectos más inmediatos del centro, y sus principales ejes de actuación?
Tenemos un proyecto que se llama «La imagen de los demás«. A través de los medios de comunicación y de la educación escuchamos cosas negativas, pocas positivas. Por eso queremos emplear herramientas para mejorar la imagen que tenemos de los demás.
Por otro lado, también queremos la colaboración de los líderes religiosos para proteger a los niños. Cada año perdemos 6,7 millones de niños por falta de comprensión, de entendimiento. Por eso queremos hacer algún proyecto conjunto con los líderes religiosos, para buscar la manera de concienciar a las familias. Todo está cambiando ahora, pero yo espero que si el Papa o el imán de la mezquita, o un rabino, o un líder hindú… dicen algo, los creyentes les escuchen. Pienso que eso es más importante para los seguidores de una religión que los anuncios o la publicidad.
Luego tenemos también un programa de becas, para dar formación a líderes religiosos, para juntarles y que hablen entre sí, y así desarrollar nuevos proyectos que puedan poner en marcha en sus sociedades. Estos serían nuestros primeros proyectos, pero hay más.
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