El obispo lamenta "el extremismo de algunos grupos fundamentalistas islámicos"
(J. Bastante).- Un hombre tranquilo, consciente de su vocación y del trabajo realizado. Su apellido significa «cansado» en árabe, aunque pese a estar jubilado jamás ha dejado de luchar por la paz. Y es que Paride Tabán es hombre de paz, un pastor de la reconciliación, que te hace sentir en casa con sólo mirarte.
El obispo emérito de Torit, y uno de los artífices de la creación de Sudán del Sur, recibió esta tarde el Premio a la Fraternidad de la revista «Mundo Negro«, en el marco del encuentro Antropología y Misión, por «una vida dedicada a construir puentes de encuentro, diálogo y reconciliación».
Propuesto al Nobel de la Paz, Taban considera que «el futuro de la Iglesia católica está en África«, y se muestra optimista de cara al recientemente creado estado de Sudan del Sur. «Toda África ha respirado al ver a Sudán trabajando por la paz», explica en una entrevista a RD, que publicaremos en los próximos días.
Respecto a la violencia contra los cristianos, el obispo lamenta «el extremismo de algunos grupos fundamentalistas islámicos», aunque recuerda que la convivencia con el Islam «no es difícil», y señala que uno de sus abuelos era musulmán.
«Toda una vida a favor de la paz y la reconciliacion«, fue el discurso pronunciado por este africano, orgulloso de serlo. El premio fue entregado por el provincial de los Combonianos, Ramón Eguíluz. Y es que, como él mismo señaló, «la paz y la reconciliación son posibles en Sudán del Sur».