Jesús se nos presenta como enviado a anunciar la salvación a los pobres y el año de gracia, mensaje que se confrontaba con la enseñanza de las autoridades religiosas, que esperaban también la hora de venganza
(Ángel Moreno, de Buenafuente).- Si recordamos las lecturas del domingo pasado, en las que se podía observar un paralelismo entre Esdras y Jesús al proclamar ambos el libro de la ley, hoy, al ver la vocación de Jeremías, a quien se le pide que no se arredre y sea valiente y se le recuerda que ha sido consagrado desde el seno de su madre, resalta el gesto sereno y valiente de Jesús frente a la reacción violenta de sus vecinos.
Dos constantes se acreditan por la Palabra: la llamada a ser testigo de la misión que Dios confía al elegido, y la certeza de la fuerza y acompañamiento que Él mismo da para llevarla a cabo.
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