El odio a la fe, la persecución, la irracionalidad y la violencia sólo cancela esos anhelos de la sana laicidad a la que deben aspirar nuestras naciones
(Guillermo Gazanini).- El cristianismo es una religión perseguida y, en muchas partes del mundo, el odio a la fe demuestra que la Iglesia vive en condiciones lamentables y difíciles, a pesar de las demostraciones de tolerancia y de reconciliación en las sociedades democráticas preciándose de abrir espacios de convivencia y respeto, pero que en los hechos distan mucho de esos ideales.
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