Todos deben conocer el hecho religioso, y la ética, dos materias distintas. Al margen de las instituciones religiosas
(Rufo González).- Es el único modo de que la Religión confesional tenga la dignidad de «asignatura«. Un obispo lo justifica así: «Si no hay dicha alternativa, se acusa a los padres que eligen la asignatura de Religión de estar estorbando a los demás hijos».
Me parece más justa esta otra razón: de no tener «alternativa concreta y evaluable» se convierte en una carga desigual para los alumnos. Los «religiosos» se ven obligados a tener una asignatura más, con su correspondiente estudio, exámenes, etc. Hay que ser un poco masoquista para cargar innecesariamente con ella, máxime cuando, el que quiere de verdad conocer en profundidad su Religión, puede acudir a su sinagoga, mezquita, iglesia… Toda religión ofrece a sus creyentes información y formación sobre su propia fe en sus instituciones. Eso sí que es un derecho y un deber del grupo religioso. ¿Por qué no lo aprovechan los padres y los hijos?
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