La gran duda es la forma en la que reaccionará el nuevo elegido pero, sea quién sea, no podrá sustraerse a la reacción social. El sentido de los fieles, una vez más, será escuchado
(Isabel Gómez Acebo).- Tengo la impresión de que la Iglesia ha estado en las últimas décadas como una olla a presion a punto de estallar. Se rompían las costuras en muchos temas: el orden de las mujeres, el celibato, los divorciados, los métodos de control de la natalidad…
Y la única respuesta a las demandas legítimas de algún miembro de la jerarquía o del pueblo, era el palo al que se permitía el lujo de alzar la voz, negando, de alguna manera, el derecho a hacerlo.
Pero con la dimisión del papa se ha levantado la presión y el cardenal alemán pide que se autorice la píldora del día después en el caso de violaciones y un colectivo de curas vascos demanda una serie de cambios en esta línea.
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