El Papa necesita también valentía, para ser capaz de asumir estos retos y enfrentarse a ellos. Y, sobre todo, ser dialogante
(Jesús Bastante).- Jesús Valdezate es provincial en España de los Reparadores. Hoy renuncia a su pontificado Benedicto XVI, un gesto que «prueba que la humildad es ser vencedor». Valdezate opina que «lo más insólito y hermoso del hecho es que un hombre que lo es todo, que lo tiene todo, sea capaz de decir ‘Lo dejo‘».
Espera que «además del Espíritu, el sentido común ayude a elegir» en el próximo cónclave, y sobre la situación de la fe católica en Europa comenta: «En las tierras de San Pablo surgió el cristianismo, y hoy a penas pervive; a lo mejor con el viejo continente tiene que pasar lo mismo»
¿Provincial significa que eres el superior mayor de los Reparadores?
Sí, de toda España y de dos provincias de Ecuador, donde tenemos tres comunidades.
¿De dónde surgen los Reparadores o Dehonianos?
Nuestro fundador es francés, León Dehon, así que la congregación surgió en Francia a finales del siglo XIX, en 1878. Él nació en La Capelle, al norte de Francia.
Lo de Reparadores es una cosa muy particular de la provincia española, es decir, de la congregación en España. Empezamos en una localidad de Navarra, donde ahora estamos en un lugar que fue antiguo hostal de peregrinos de los caballeros de la Orden de Malta. De ahí surge la palabra Reparadores, que tiene un matiz espiritual de reparación, adoración y veneración al Sagrado Corazón, al que pedimos que nos repare, que nos consuele, que nos conforte.
¿Es más necesaria que nunca esa petición en la actualidad, con la creciente secularización de la sociedad? ¿Está la religión en horas bajas?
Sí, es verdad, creo que es una buena fotografía del asunto. Se puede hablar de reparación a ese tipo de niveles, haciendo una equivalencia entre reparación y reconciliación. Ser profeta del amor, que es uno de los eslóganes de nuestra congregación. Ciertamente hay mucho que reparar, pero no porque hablemos de desastre, simplemente porque necesitamos que alguien nos quiera. Estamos necesitados de caricias, y la reconciliación es una caricia.
Benedicto XVI ha renunciado, y ha hablado de cansancio, de no poder cumplir con el ministerio petrino… y también de la necesidad de reconciliación y unión dentro de la Iglesia. ¿Cómo has vivido estos diez días que ya han pasado desde que el Papa presentó su renuncia?
Bueno, supongo que no voy a ser nada original al decir que me quedé sorprendido. La sorpresa me gustó, me pareció muy agradable, algo inaudito que nunca se me hubiera pasado por la cabeza. En ese momento lo que pensé fue «este hombre ha hecho realidad el Magníficat«, porque ha sido capaz de conjugar disponibilidad (porque en su momento dijo sí), generosidad, y (lo más bonito a mi modo de entender) humildad. Esto es lo que siginifica el Magníficat: que la humildad es ser vencedor. Y este hombre, a esos niveles, nos ha dado una gran sorpresa.
Yo no conozco los entresijos de Vaticano, pero los argumentos que él esgrime me parece que son normales, reales y suficientes para dar el paso que ha dado, que sin duda va a ser un punto de inflexión, un punto de partida en esta Iglesia del siglo XXI, que no me cabe la menor duda de que le va a dar otro aire.
¿Ha podido sentirse perjudicado el componente más institucional de la Iglesia, debido a la humanización de un ministerio sagrado que ha supuesto la renuncia?
Probablemente sí, de hecho, los titulares de ese día iban en esta línea. Lo curioso es que todo tipo de titular o de comentario, de un lado o de otro, con tinte religioso o sin él, coincidían en algo: en que ha sido un hecho hermoso, un hecho grande e insólito, del hombre que lo es todo, que lo tiene todo, y es capaz de decir «lo dejo», sin tener obligación.
¿Cree que ha sido una decisión dura?
Él es un gran hombre, intelectual donde los haya, y muy profundo (esto es lo que pienso por sus escritos, por la televisión y los medios de comunicación), y ciertamente supongo que ha tenido muchas horas de meditación y de oración. Una decisión de este tipo no se puede tomar si no te pones en las manos de Dios, estoy convencido. Y habrá tiritado alguna vez. Lo grande del Santo Padre es que ha demostrado que es humano, muy humano.
¿Y ahora qué?
Alguien vendrá. Creo que el Derecho Canónico dice que cualquier varón bautizado con posibilidad de aceptar podría ser papa. Pero se entiende que va a ser elegido dentro del Colegio Cardenalicio. No soy adivino, así que no sé quién será.
¿Tienes algún candidato?
No. Estimo que seguramente el nuevo papa esté entre los 65 y 70 años, creo que continuaremos con un perfil del viejo continente (Europa), y si me equivoco, sería de Norteamérica o Canadá, que en cierto sentido siguen siendo también viejo continente. Seguramente que me equivoco, porque quien va a elegir (y de esto sí estoy convencido) es el Espíritu Santo. No lo digo por quedar bien, es que estoy convencido de que será así.
Así nos lo cuenta la tradición, pero la historia también ha ido dando a conocer las conversaciones que se dan en los cónclaves, las alianzas de poder que se fraguan… ¿No es inevitable la mediación humana?
Es una pregunta complicada. Los pasillos han existido siempre. Yo nunca he estado dentro de un cónclave, pero por mi pequeña experiencia de Capítulo General, donde también se elige al superior mayor de toda la congregación, he podido ver que en esos pasillos hay sigilo, secreto, ciertas alianzas o apetencias (no voy a decir intereses). Pero creo que, cuando esto ocurre, siempre prevalece algo, que es el bien de la congregación. Por eso estoy convencido de que los cardenales comentarán en los pasillos sus perfiles y sus candidatos, pero acabarán decidiendo por el bien de la Iglesia. Buscarán al hombre que en principio consideren más santo (entiendo santidad por una persona honesta, que dé su vida desde el día en que diga sí hasta el día que fallezca, o que renuncie). Debe ser un hombre de Iglesia, convencido.
Lógicamente, toda persona tiene un pasado, y el del próximo papa lo leeremos junto a su fotografía en cuanto sepamos su nombre.
¿Piensa que alguien como el cardenal Mahoney podría ser elegido?
Hombre, pienso que, además del Espíritu, está el sentido común. Y el sentido común hablará de qué posibilidades tiene realmente cada uno de ser el líder espiritual del mundo católico. La barca de Pedro tiene que ser manejada por alguien que tenga fuerzas al menos para recoger el timón o el remo. Creo que el sentido común también impera, y hasta ahora (al menos en los siglos XX y XXI, que es la parte de historia que a mí me toca) no he percibido ningún atropello ni ninguna anomalía. Con más o menos aciertos, pero he visto sentido común y ganas de hacer un servicio a la Iglesia desde el Evangelio de Cristo. De eso no me cabe la menor duda.
Mencionabas antes la edad y el criterio geográfico. ¿Qué otros rasgos debería tener, desde tu punto de vista, el nuevo papa? ¿Qué retos crees que debería afrontar?
El reto de ser pastor, como Cristo (aunque sé que eso es imposible, porque Cristo sólo es Cristo, y los demás, que se asemejen). Ser pastor, por tanto, implica ser un hombre cercano y comprensivo. También hay que tener en cuenta que el Santo Padre no puede abarcarlo todo, hay cosas que no le llegan. Por ello, su reto será cómo transmitir el Evangelio a todo el mundo, y en este momento (con la sociedad tal cual es y las dificultades que presenta, los errores del pasado y alguno otro que probablemente llegue y del que aún no nos hemos enterado). Por eso el Papa necesita también valentía, para ser capaz de asumir estos retos y enfrentarse a ellos. Y, sobre todo, ser dialogante.
¿Es el Papa el último líder global que queda?
Probablemente. Y además, globalmente considerado y respetado, lo cual es muy importante. Además, me ha parecido un papa bastante ecuménico.
¿Cree que se le va a reconocer su diálogo con Habermas, el Atrio de los Gentiles, el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización…?
Ha dialogado con muchos intelectuales porque es un gran intelectual, un hombre que conoce todos los ámbitos de la intelectualidad teológica. Conoce perfectamente, por ejemplo, la Teología de la Liberación. Me consta.
¿Los Reparadores tenéis algún cardenal en el cónclave?
No. Tenemos dos cardenales (uno brasileño y uno polaco), pero ninguno va al cónclave. Entraron en el anterior, pero en éste no. Y, a pesar de ser una congregación pequeña, tenemos también veinte y tantos obispos.
¿Cuántos sois, en el mundo y en España?
En el mundo 2.162, y en España 101. Estamos repartidos en 42 países y 4 continentes (nos faltaría Oceanía). Nuestro origen parte de Europa, como te he dicho, pero el espacio emergente de fecundidad ahora mismo está en América Latina, África y Asia.
¿Cómo lleváis el tema del descenso vocacional?
Con preocupación. Algo no haremos bien, algo está fallando, así que queremos buscar fórmulas y mejorarlas. Ahí estamos. Nos queda el consuelo de decir «esto es lo que está ocurriendo en Europa», pero no lo sé.
En su día hice los viajes de San Pablo y estuve por Tierra Santa, y comprobé que queda muy poquito germen católico en las tierras de San Pablo. Sin embargo, ahí surgió. A lo mejor es que tiene que ser así.
En España sois conocidos por una escuela de negocios, el ESIC. ¿La educación es vuestra función fundamental en nuestro país?
Sí, en nuestra provincia religiosa nuestra cuestión pastoral predominante es la educativa. Tenemos 6 colegios (3 de ellos con una connotación de seminario, para incentivar el despertar vocacional), y después tenemos el ESIC, una escuela universitaria de negocios y de marketing, de la que dice la prensa que es uno de los 5 centros de enseñanza más importantes de nuestro país. Es una escuela en la cual trabajamos con muchísimo cariño, humildad y ganas, intentando dar un aspecto humano y ético a lo que significa el negocio.
Otros titulares:
-Benedicto con su renuncia ha pronunciado el Magníficat, prueba de que la humildad es ser vencedor
-Lo más insólito y hermoso de la renuncia del Papa es que un hombre que lo es todo, que lo tiene todo, sea capaz de decir «lo dejo»
-Pienso que, además del Espíritu, el sentido común ayudará a elegir en el cónclave
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