El modelo ultraconservador de catolicismo no puede ser el camino que la Iglesia debe seguir para ser fiel a Cristo y al Evangelio
(José A. Vázquez, cisterciense).- La dimisión del Papa Benedicto XVI ha cogido por sorpresa a la gran mayoría de fieles y de miembros de la jerarquía católica. Todavía es difícil valorar las causas que la han provocado y los efectos, que este gesto puede tener, para el futuro de la Iglesia Católica Romana. Parece poco probable que las razones alegadas, el indudable deterioro físico del pontífice, sean las que más peso hayan tenido en la decisión. El Papa mantiene una lucidez mental apreciable y los achaques propios, si bien agravados, de un hombre de su edad.
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