Vino como teólogo, con la fama de que arreglaría los problemas doctrinales de la Iglesia, y se va como un “Papa cocinero” que ha debido enfrentarse con más o menos éxito con problemas muy materiales
(Xabier Pikaza).- Ocho años ha sido Papa, ocho años casi lleva este blog, y en ellos he presentado y comentado unas doscientas veces su figura: Su vida y proyección, sus encíclicas y libros, sus iniciativas y viajes, sus aportaciones y luchas, sus posibles sombras y sus buenos deseos.
Voy a echarle mucho de menos, ahora que se va. Y así le digo con el corazón «queda con Dios», hermano Benedicto, con Dios quede tu trabajo al servicio de la Iglesia, y que él te lo premie, pues nosotros premiamos poco (y quizá menos algunos de los que ahora te aplauden).
Ya no me ocuparé del Papa Benedicto en este blog, aunque hay un par de cosas de su vida de las que volveré a tratar, pasado un tiempo, si Dios quiere. Hoy quiero cerrar con cariño, e incluso con agradecimiento, mis reflexiones más frecuentes sobre su figura, y lo haré retomando en parte una entrevista.
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