Dediquemos esta semana a meditar cómo es nuestro conocimiento del mundo, hasta qué punto conocemos la realidad en la que vivimos
(José Luis Cortés, en Ciclo C -Rd/Herder-).- Aunque sepamos qué es lo esencial del mensaje cristiano, y aunque tengamos distintos criterios para enjuiciar la realidad, no cambiaremos el mundo si no sabemos en qué mundo vivimos.
Jesús, como siempre, también nos sirve aquí de ejemplo al demostrar que conoce bien todos los asuntos de la sociedad en la que vive y se mueve: desde el capítulo de sucesos (DOMINGO: «Aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre») hasta la meteorología (LUNES: «El cielo estuvo cerrado tres años»), incluyendo naturalmente la economía (MARTES: «Como no tenía con qué pagar…»), los asuntos sociorreligiosos (MIÉRCOLES: «El que se salte un precepto»), la política (JUEVES: «Todo reino dividido contra sí mismo»), la acción social «VIERNES: «Amar al prójimo») o la estratificación de clases (SÁBADO: «Uno era fariseo, el otro publicano»).
Dediquemos esta semana a meditar cómo es nuestro conocimiento del mundo, hasta qué punto conocemos la realidad en la que vivimos. Si es solo teórico daremos únicamente teorías, inservibles para la vida.