Los deseos de “acaparar” el Evangelio nunca faltan. Y las afirmaciones de quienes dicen tenerlo “completo” ¿Es que los demás lo tenemos “mutilado”, por tenerlo disponible?
(Pedro Jaramillo).- Escribo y envío la reflexión bíblica y las «señales para el camino de la fe», el primer día de sede vacante. Con gozo, se la dedico a Benedicto XVI. La idea de compartir con tanta gente estos dos «tiempos favorables»: la cuaresma y el Año de la Fe, debe a él la inspiración.
Nos abrió la Puerta de la Fe, no para alimentar «la fe de un año», sino para dedicar un año a la fe, que siempre está en camino. De ahí, las «señales para el camino de la fe». El relativismo socio-cultural, en unos contextos; el relativismo religioso, en otros, pueden quitar dinamismo a la fe. Dinamismo y hondura. ¿Peligro?: Una fe estática que «se tiene», pero no se desarrolla. «Se tiene», pero se arrincona. ¿Desafío?: la obediencia al Espíritu que nos va llevando al conocimiento de la verdad plena. «Nos va llevando», porque aún no hemos llegado.
La oración va a ser el fuerte de esta etapa que, el mismo Benedicto XVI, ha calificado como «la etapa del ocaso de su vida». Le rogamos que no se cansen las manos levantadas en su plegaria apostólica. En los últimos días de sentida despedida, nos ha recordado que a todos nos lleva en su corazón orante. El camino de nuestra fe necesita de su oración para poder caminar sin tropiezos. Sencillamente, para poder caminar contra toda tentación de inmovilismo. ¡Gracias por su oración y por haber llenado su corazón con todos nuestros nombres!
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