La Iglesia ha tocado fondo. Está, en estos momentos, en una situación límite. Especialmente en lo que se refiere a su autoridad moral y, por lo tanto, a su influencia social
(José Manuel Vidal).- La historia se repite. Como casi siempre (al menos en los últimos cónclaves), los «partidos» (cordadas) en la Iglesia están activos y se consolidan dos bloques. Uno, liderado por el partido romano o curial, que aglutina a los curiales. Al final, los italianos Sodano, Re y Bertone, enfrentados a muerte durante el papado de Ratzinger, se vuelven a unir. Para seguir controlando la Curia y, por lo tanto, el Gobierno de la Iglesia. O eso pretenden. Por el otro, lado el bloque de los «pastoralistas».
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