No podemos seguir considerando a los seglares en la Iglesia sólo sujeto paciente de lo que decidan los clérigos
(Jesús Espeja op).- Al misterio de la Iglesia no hay acceso sino desde la fe. Cuando esta falta, con frecuencia los defectos son más notorios que las virtudes, y sólo se perciben sus pecados; no es raro que algunos medios de comunicación se queden ahí. Lo malo es que algunos cristianos tratan de ocultar esas lacras de la Iglesia o la identifican sin más con el ideal de fraternidad y justicia, olvidando que todavía está en camino.
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