No es de esperar que un Papa sea capaz por si solo, con mucha buena voluntad que tenga, de remover la estructura de una maquinaria tan grande y pesada para alcanzar los cambios tan profundos
(Faustino Vilabrille).- No nos hagamos ilusiones. La Iglesia lleva muchos siglos encaramada en la estructura piramidal verticalista de poder que hoy ostenta, en connivencia, en formas y en fondo, con muchos poderes de este mundo, con planteamientos absolutistas de intransigencia doctrinal y disciplinaria, y esto no solo desde la Curia Vaticana, sino también desde la práctica de la gran mayoría de Cardenales y Obispos, conferencias Episcopales, e incluso de no pocos clérigos y otras instituciones eclesiásticas y religiosas.
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