Ojalá el Papa declare solemnemente que no hay otra herejía que la falta de paz y de piedad
(José Arregi).- Querido hermano Francisco: Me alegré como un niño cuando supe que Ud., un jesuita hecho y derecho, había adoptado ese nombre: Francisco. ¡Perfecta combinación!, me dije. Si ha de haber reformas profundas en la Iglesia y el papado -y salta a la vista que ha de haberlas-, aquí tenemos el hombre y el nombre.
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