¿Sabrá enfrentar el desafío de las nuevas generaciones, las cuestiones teológicas y morales, cierta apatía que parte de Occidente manifiesta ante la Iglesia?
(José María Poirier, Mirada global).- Luego de la renuncia de Benedicto XVI, tuvimos una nueva sorpresa: la elección de un papa latinoamericano y, además, argentino. Algunas consideraciones sobre la tarea que tendrá papa Francisco.
La elección de Bergoglio parece ser una respuesta del Espíritu para estos tiempos de la Iglesia. El nombre de Francisco nos remite al santo de Asís, el hombre a quien Jesucristo le pidió que reconstruyera su Iglesia. Aquel que, según G. K. Chesterton, dio un salto cualitativo en la historia de la humanidad. Se trata de un programa tan ambicioso como atrayente, tan imposible como necesario. La fuerza de Francisco de Asís radicaba en su entrega sin límites, en su fragilidad confiada totalmente al Señor.
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