El patriarca de Occidente lo es de un mucho más amplio Occidente. No de la Iglesia universal. Ni de hecho ni de derecho
(Celso Alcaina).- El papa Francisco se presentó como «obispo de Roma». Evitó llamarse con otros títulos. Con sus expresiones y sus omisiones enmendó a la Curia. Llamó a Benedicto XVI «emérito obispo de Roma». Lamentaría mucho equivocarme si Francisco siguiera llamándose, igual que sus inmediatos predecesores, de palabra o/y por escrito, «sumo pontífice de la Iglesia Universal».
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