Esta Pascua 2013, inundada por la esperanza de ser testigos de un nuevo tiempo y una nueva oportunidad para la Iglesia, debe alentar el impulso poderoso para re-emprender la tarea
(Marco A. Velásquez, en RyL).- Feliz Pascua. Un saludo que expresa el ánimo del Pueblo de Dios que alcanza la certeza que Jesucristo ha vencido definitivamente a la muerte.
La elocuencia de la «Vigilia Pascual» es evidente, donde la luz de Cristo destruye las tinieblas. Impresiona ver cómo la tenue llama del Cirio Pascual, gracias a la presencia de cristianos activos, comienza a difundir la luz, disipando la oscuridad. Es el mismo signo que un día el padre José Cardijn -fundador de la Acción Católica- realizó en un estadio oscuro repleto de fieles, a quienes pidió encender una pequeña luz, consiguiendo iluminar el recinto entero. Demostró la potencialidad de la fe cristiana asumida en conciencia, la fuerza transformadora del cristiano en el mundo.
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