Pidió una Iglesia pobre y para los pobres, y ha dado ilusión y esperanza, un cambio revolucionario al servicio del hombre
(Jesús Bastante).- Es la única periodista que ha cubierto «cuatro cónclaves y una renuncia papal». Paloma Gómez Borrero presentó este mediodía «De Benedicto a Francisco. El Cónclave del cambio» (Planeta), un libro en el que rinde un especial homenaje a Joseph Ratzinger -«sin su decisión de retirarse nada de lo que suceda podría haber pasado»- y un bosquejo de lo que puede ser el pontificado de Bergoglio, y «la ilusión que nos ha traído Francisco«.
«No esperaba que Francisco fuera el Papa«, admitió Paloma, quien hizo una glosa de nuestro libro «Francisco. El nuevo Juan XXIII» (Desclée-RD), «un buen libro, distinto y complementario a éste», y apuntó que fue su intervención durante el precónclave la que posiblemente le hizo ganarse la confianza de los 115 cardenales. «Pidió una Iglesia pobre y para los pobres, y ha dado ilusión y esperanza, un cambio revolucionario al servicio del hombre». En este sentido, Paloma abogó por «una vuelta a la Iglesia primitiva».
Bertello, ¿secretario de Estado?
No obstante, la periodista quiso frenar la euforia, apuntando que «el gobierno de la Iglesia no son sólo los gestos, sino las acciones», aunque sí apuntó que la primera de ellas, designar al franciscano Carballo como secretario de la Congregación de Vida Religiosa «es un buen paso. La clave estará en el nombramiento del secretario de Estado«, cargo para el que ella ve un italiano, «posiblemente Bertello«.
Lo que sí parece evidente, y así lo confirmó también el padre Ángel, presente en la sala del Hotel Intercontinental, es que «este Papa agilizará la Curia, la desburocratizará». «Es muy importante esto, porque hay una Curia muy complicada. En los años de Benedicto XVI la Curia ha hecho lo que ha querido«.
¿Será libre para hacerlo? «Este Papa, que parece muy cercano, tiene las cosas muy claras, y no le va a temblar el pulso, sabe lo que quiere. Ahora está conociendo el terreno, pero ya ha dicho a la Curia que no gasten tanto en luz, o reconvino al cardenal Law, que encubrió a sacerdotes pederastas, durante su visita a Santa María la Mayor».
«Este Papa trae ilusión y cercanía», apuntó Paloma, quien incidió en que «va a necesitar asesores por continentes, porque no es lo mismo hablar de SIDA o de pobreza en África que en Europa«. En cuanto a la pederastia, «va a seguir la senda marcada por Benedicto XVI. Mano dura, no le temblará la mano, como no le tembló a Ratzinger». Tolerancia cero y transparencia total, que también se verá en el IOR, «que debe cambiar su sistema, ser más transparente y que sirva para lo que nació: para las Obras de la Religión».
En cuanto a la «oposición silenciosa», Paloma constató que «ya hay críticas acerca de sus posiciones litúrgicas y sus gestos, pero no se encontrará la oposición que tuvo Benedicto XVI». En cuanto a una posible colaboración entre Francisco y el Papa emérito, Paloma fue pesimista: «a Benedicto XVI le vamos a ver muy poco. Mis noticias es que está muy mal, que tiene una cosa bastante grave y se le ha visto muy deteriorado. Pero el final de Benedicto XVI se lo vamos a tener que agradecer eternamente. Sin su gesto de renuncia hoy no asistiríamos a la esperanza de Francisco».