Los responsables, los que presiden, antes de actuar, preguntan: ¿qué os parece?, ¿cómo lo haremos? Y dejan libertad de respuesta
(Martín Gelabert, op).- Es llamativo que el cuarto evangelio, el de la alta cristología, el que afirma que Jesús y el Padre son uno, o que quién ha visto a Jesús ha visto al Padre, ese evangelio nos muestre a un Jesús preguntando: «¿dónde nos procuraremos panes para que coman estos?» (Jn 6,1-15).
Cierto, el evangelista quiere evitar cualquier impresión de un Jesús que no sabe y por eso, tras la pregunta, aclara: «lo decía para tantearle, pues bien sabía él lo que iba a hacer». No hace falta dar un sentido trascendente a esta aclaración. Normalmente, cuando uno pregunta ya tiene ya una idea de por dónde van las posibles respuestas. Es lo propio de todo buen animador, dirigente, líder: uno lleva las cosas pensadas. Pero eso no es óbice para actuar comunitariamente.
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