Cuando "tocas" tus aspiraciones profundas, en realidad estás tocando al mismísimo Dios, te estás impregnando de su esencia
Más información
(Jairo del Agua).- Entra en contacto con el Dios amante que te habita en lo profundo. Déjate sentir relajadamente lo que esa Presencia te sugiere. Si te surgen sensaciones «negativas» (vergüenza, temor, culpabilidad, voluntarismo, rechazo…) es que el «rostro» que has captado o te han transmitido es de un «dios falso».
Es imposible contactar con el Dios verdadero -todo amor, ternura y cuidado- si estás subconscientemente agarrado a «un ídolo» rígido y amenazante, aunque lo hayas extraído de la Biblia. No desesperes, Dios se va revelando a quien lo busca. Si este paso y los dos siguientes se te hacen difíciles, empieza por el cuarto.
Para leer el artículo completo, pincha aquí: