Padre Ángel: "Dios ha regalado a la Iglesia un papa para los pobres"
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(José Manuel Vidal).- La botella de la ilusión eclesial, descorchada por el Papa Francisco, pasa de mano en mano. Ayer brindaron por ella, en la Universidad Pontificia Comillas, el cardenal Amigo, el rector de la Universidad, Julio Martínez, el Padre Ángel, y el editor de Desclée, Manuel Guerrero, junto a José Manuel Vidal y Jesús Bastante, los autores de ‘Francisco. El nuevo Juan XXIII’ (Rd-Desclée). Como dijo el arzobispo emérito de Sevilla, «estamos en tiempos de esperanza».
No es fácil reunir más de medio centenar de personas en cualquier evento en Madrid. Pero, una vez más, se demostró la capacidad de convocatoria de Religion Digital y de la Universidad Pontificia Comillas: el aula P. Pérez del Pulgar del ICAI, con capacidad para 258 personas, estaba repleta. Y con ganas de escuchar a los ponentes hablarles del nuevo Papa y de su «primavera» en un debate titulado «Un nuevo tiempo de esperanza eclesial. Reflexiones a partir del libro ‘Francisco. El Nuevo Juan XXIII'». (Rd-Desclée)
Ejerció de maestro de ceremonias, Jesús Bastante, que fue dando paso a las diversas intervenciones. Tras las palabras de agradecimiento del coeditor de Desclée, Manuel Guerrero, intervino el Padre Ángel, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz. Emocionado por «el Papa de los pobres y para los pobres», recordó su encuentro con él en Buenos Aires, cuando era cardenal porteño, en la residencia de sacerdotes ancianos. «Vi cómo a veces, a escondidas, daba tabaco a los sacerdotes», cuenta.
El Padre Ángel asegura que «la niña de los ojos de este Papa son los sacerdotes mayores. Los quiere tanto que, cuando se estaba preparando para jubilarse, tenía reservada una habitación en nuestra residencia de sacerdotes en Buenos Aires».
Y el fundador de Mensajeros de la Paz concluyó diciendo que «Dios ha regalado a la Iglesia un papa para los pobres. Un Papa que quiere ser vino añejo, y no vino picado. Un Papa que tiene frases que valen más que muchas encíclicas».
En nombre de Religion Digital y de Jesús Bastante intervino el que esto suscribe. Para agradecer esta excepcional puesta de largo de nuestro libro, arropados nada menos que por los jesuitas, por un cardenal del prestigio de monseñor Amigo y por el Padre Ángel, icono eclesial de la solidaridad.
Amigo: «Un libro que es un pregón»
En una brillante intervención, como en él suele ser habitual, Carlos Amigo comenzó señalando que el libro ‘Francisco. El nuevo Juan XXIII’ es un «pregón», al estilo del de Maese Pérez. Una invitación a pasar, leer y ver. «Una puerta abierta para conocer al nuevo Papa».
¿Sorpresa en la elección de Francisco? «Ninguna -explicó el cardenal-. El Espíritu actúa así. Fortiter et suaviter«. Algo parecido a lo que ocurrió en la elección de Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II o Benedicto XVI.
Es decir, continuidad sin sobresaltos en el papado. Y eso que «entre la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco parecía que la Iglesia estaba sin rumbo. Y, de la noche a la mañana, se encontró con la mejor brújula: el Espíritu Santo». Y la Iglesia demostró, una vez más, que «está viva, muy viva, no por estar en las primeras páginas, sino porque Cristo vive en ella». Y recalcó el cardenal: «Una Iglesia que vive sin nostalgia del pasado y sin miedo al futuro». Es decir, «la Iglesia no está en retirada: Ni triunfalista ni orgullosa, pero tampoco masoquista».
Amigo asegura, sin embargo, que la llegada del Papa Francisco ha sido «el encuentro con la esperanza», porque «Dios, que siempre llega puntual, da a la Iglesia lo que la Iglesia necesita y, en estos momentos, la Iglesia necesita al Papa Francisco«.
Un Papa que, desde que llegó, nos proporciona gestos, unidos a palabras y a acciones. Y con todo ello, Francisco construye una especie de «sacramentales», que emocionan y convierten. Con objetivos claros: «Caminar en la presencia del señor, edificar sobre la piedra angular, testimoniar sin amargura ni pesimismo y, sobre todo, custodiar, es decir tomar como propios los dolores de la Humanidad«.
Para el cardenal, otro de los objetivos del nuevo Papa es «crear en la Iglesia armonía, como don del Espíritu que llena de gozo del sentirse hermanos». Sin divisiones ni divorcios entre la Iglesia de base y la jerarquía.
Otra característica de la Iglesia de Francisco, según el cardenal Amigo, es la pobreza. «Porque el verdadero creyente no sólo sirve al pobre, sino que se identifica con el pobre: soy tan pobre tan pobre que puedo decir que sólo tengo a Dios». Una Iglesia «cuyo oficio es la misericordia» y el discernimiento para mayor amar y servir.
Una Iglesia que, para Amigo, está en tiempo de mudanza. «En tiempos de esperanza, hacer todas las mudanzas que sean necesarias. Y estamos en tiempos de esperanza. Cambiamos no porque las cosas vayan mal, sino porque queremos ser mejores». Una mudanza que, a su juicio, pasa por «asimilar en profundidad el Vaticano II».
Julio Martínez: «Recuperar la eclesiología de comunión»
El rector de Comillas, Julio Martínez, conoció personalmente al Papa, cuando era arzobispo de Baires. En sus repetidas visitas al Colegio Máximo bonaerense, le contaron la especial devoción del nuevo Papa a la Virgen desata-nudos, que descubrió en Alemania y cuya advocación llevó a Argentina.
Un advocación mariana que, a su juicio, define bien la labor de Francisco: «Hay muchos nudos que desatar y casi todos son difíciles, en estos momentos de densidad en la Historia del mundo y en estos tiempos de calado en la Iglesia».
Para el P. Julio, tanto la renuncia del Papa Ratzinger como la elección de Francisco «marcan un antes y un después». Además, tras su elección, «en pocos días, Francisco ha dado golpes mortales al estilo y a las formas de poder que se fueron metiendo también en la Iglesia».
Le bastaron un mes y pocos días para ganarse al mundo, porque «la inclusividad produce esperanza» y, en este tiempo, «ha sido un tratado vivo de lo que es un pastor». Un pastor «exigente», que le gusta ser cura, pero sin caer en la tentación de la clericalización.
Según el rector de Comillas, recientemente galardonado con un premio vaticano a su último libro, Francisco «lanza cargas de profundidad para recuperar la eclesiología de comunión». En este sentido, «no dejará al margen a los nuevos movimientos, pero le dará cancha a la vida religiosa».
Un Papa al que no le temblará el pulso «ni tendrá miedo» a la hora de abordar cuestiones complicadas, como el IOR, el banco vaticano. Un Papa «afectivo, de carácter sólido y de hondura espiritual, que se trasluce en lo que hace y dice». Y Julio Martínez concluyó así: «El estilo de Francisco es un torrente de agua limpia».
Cerró el acto Jesús Bastante, recitando la oración de los cinco dedos del Papa Francisco. Y entre los asistentes estalló una sonora ovación a los intervinientes, al acto que nos llenó de ilusión y, sobre todo, a Francisco, el Papa que «descorchó la botella de la ilusión en la Iglesia».