Cerrar la puerta a la papolatría, al boato, los oropeles, las vestimentas sofisticadas
(José María Arnáiz).- La puerta es una realidad y es un símbolo. Nuestra vida tiene cuatro capítulos; el de las puertas que hemos abierto y el de las que hemos cerrado; el de las que hemos mantenido abiertas y las que hemos mantenido cerradas. Así podemos resumir, también, el pasado del Cardenal Bergoglio y el futuro del Papa Francisco. Soñemos un poco.
En el peregrinar del Pueblo de Dios, hay puertas que ya se abrieron y que nos permiten transitar por caminos de vida. Hay otras que deben cerrarse, para dejar atrás modelos y realidades eclesiales que nos alejan hoy de Jesús. Por fin, hay otras puertas que deben abrirse, para que nos llenemos de fe, esperanza y amor y otras mantenerse cerradas para evitar errores y desaciertos de los que se pagan caros.
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