Cáritas, en mitad de la cruel crisis, se está convirtiendo en un "Inem" de la solidaridad
(Jesús Bastante).- «La solución a los datos de la EPA vendrá por una respuesta ética. Necesitamos una sociedad en la que nadie se sienta expulsado. Ojalá vayamos a mejor que estos 6,2 millones de parados, pero para que eso sea así, hacen falta políticas distintas, empresas distintas, medidas distintas. ¿Podemos construir algo nuevo? Sin duda. Debemos, es una exigencia. Pero para eso necesitamos unas política que prioricen a las personas. Necesitamos un cambio de en las políticas«. Ana Abril, en nombre de Cáritas, puso voz a la indignación ante los datos del desempleo, y también a la esperanza, recogida en los resultados del programa de empleo de esta institución, que han sido presentados este mediodía.
81.613 personas acudieron a los servicios de apoyo al empleo de Cáritas en 2012, de los que el 16% –13.318- encontraron empleo. Y es que Cáritas, en mitad de la cruel crisis, se está convirtiendo en un «Inem» de la solidaridad. «La primera responsabilidad es de las administraciones públicas, Cáritas sólo puede actuar de forma subsidiaria», apuntó Ana, quien instó a un cambio en las políticas, que logren colocar en primer lugar a las personas y a los más desfavorecidos.
«El derecho al trabajo está siendo amenazado, y los últimos datos de la EPA así lo demuestran«, añadieron desde Cáritas. «Es una espiral que nos expulsa de otra serie de derchos, como el de la vivienda, y nos roba bienes intangibles, la diginidad, el respeto de la familia…», indicó Ana Abril. Las cifras de población activa conocidas hoy resultan espeluznantes: 6,2 millones de desempleados, un 27% de tasa de paro, más de dos millones de personas que llevan dos años buscando empleo… son datos para la reflexión e interpelación a todos.
Ante ello, una respuesta clara: «la opción por las personas como protagonistas, y la construcción de una sociedad que no permita que nadie sea expulsado. Que devolvamos la confianza a las personas por encima de los mercados». Una economía al servicio de las personas, en lugar de una sociedad «corrupta e inmoral», para lo que es necesario «el compromiso de todos, que todos seamos responsables de todos».
En este punto, Félix Miguel Sánchez, coordinador del equipo de promoción de derechos y economía solidaria de Cáritas, apuntó cómo el 67% de los que participan en los programas de la institución son mujeres, de entre 36 y 45 años, y cada vez con mayor formación. La crisis ya no distingue entre emigrantes y autóctonos.
¿Qué piden los desempleados a la sociedad, la administración, los ciudadanos, a sí mismos? Félix hizo un resumen de las miles de conversaciones que a lo largo de estos meses los responsables de Cáritas han mantenido con los usuarios del servicio. Éstas son algunas de las respuestas:
A los políticos y administraciones: un papel realmente activo en la búsqueda y creación de empleo. «Que me den trabajo, no quiero dinero» Honradez y transparencia en la gestión pública. Una política justa en bien de lacomunidad. Les piden que el control del gasto público no deteriore los derechos fundamentales. «Que a la hora de recortar no empiecen por los derechos básicos de los ciudadanos»
A la empresa: que la crisis no sea una excusa para perder las conquistas laborales. «Que no se aprovechen de la crisis». Reclaman la función social de la empresa. Que no olvidemos que sirven para provocar un desarrollo social. Una actitud emprendedora, innovadora, colaborativa, no recurrir al recurso fácil del despido. Al tiempo, reconocen la dificultad del tejido empresarial hoy en día
A los trabajadores: que se comprometan con los parados en la búsqueda de empleo. Que asumamos la responsabilidad de los que no tienen empleo. «Que ayuden a buscar empleo a los que no tienen». Redistribución de bienes. Que aquellos que tengan dos puestos de trabajo dejen uno para que pueda ocuparlo un desempleado. defensa de los derechos de los trabajadores y el desempeño responsable del trabajo.
A la sociedad en general: apelación ética. Cómo les estamos tratando para que nos pidan respeto, comprensión, empatía… Una sociedad que se haga cargo de las personas más vulnerables. Que en la salida de la crisis no se olviden de los más desfavorecidos. Que seamos una sociedad con conciencia crítica, que nos movilicemos. «Debemos replantearnos nuestros valores». Actitud esperanzada, proqeu tenemos que construir otra cosa. Esto no funciona: hay que poner los cimientos para un nuevo modelo.