No podemos permanecer ajenos a la dramática situación de familias, de niños y de jóvenes, que están siendo duramente golpeados por la persistente crisis
El obispo de Santander, Monseñor Vicente Jiménez, ha instado a «evitar la tentación» de acostumbrarnos a «convivir» con el paro y «caer en la resignación» y también a no permanecer «ajenos a la dramática situación» de familias, de niños y de jóvenes, que están siendo «duramente golpeados» por la crisis.
Así lo dice en una Carta pastoral con motivo de la jornada de San José Obrero que la iglesia celebra cada 1 de mayo, y en la que destaca que la «cruda realidad» es que el paro aumenta cada día y por ello pide «de todos nosotros un compromiso y nuestra solidaridad».
Ante esta situación «lamentable», el prelado subraya que hay que «seguir trabajando» cada uno, según la «medida de nuestras posibilidades», desde la justicia social, la solidaridad humana y la caridad cristiana, agrega en su escrito.
Desde que se iniciaron los primeros síntomas de la recesión económica, Monseñor Jiménez ha venido manteniendo que las causas de la crisis son «de raíz antropológica, moral y ética», y ha exhortado incesantemente a la «caridad solidaria con los que sufren» y a cambiar también «aquello que sea necesario».
El obispo recuerda que aunque la Iglesia no tiene soluciones técnicas para el problema del desempleo, sí puede «desencadenar una nueva conciencia y compromiso», a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, que sitúa la «primacía de las personas» sobre los intereses «sin alma» de la economía y de los mercados, apostilla.
Con motivo del día 1º de Mayo, Fiesta del Trabajo, el obispo de Santander pide que como Iglesia Diocesana y como cristianos, «hagamos nuestros los gozos y las angustias de los trabajadores«, y destaca que «no podemos permanecer ajenos a la dramática situación» de familias, de niños y de jóvenes, que están siendo «duramente golpeados» por la «persistente crisis» económica en sus necesidades vitales, como son el trabajo, la comida, la vivienda o la educación.
Como gesto solidario y también educativo y pastoral, el obispo ha propuesto de nuevo a los cántabros y fieles que participen en la ‘Campaña de Ayuda en Favor de los Parados’ que la Diócesis activó hace ahora tres años, coincidiendo con la Fiesta del 1º de Mayo de 2010.
Esta iniciativa invita a los cántabros a destinar el salario de un día al mes para un fondo que gestiona Cáritas Diocesana de Santander y que sirve para socorrer a las personas desempleadas, «sobre todo a los que se encuentran en el llamado estado de vulnerabilidad«.
Esta institución de la Iglesia destinó el pasado año más de 2 millones de euros a los 12 programas sociales y caritativos que desarrolla en la Diócesis, donde además hay distribuidas 60 Cáritas parroquiales.
Esta campaña forma parte de una de las acciones de la Programación Pastoral Diocesana de la Iglesia cántabra y de Mena para ser desarrollada durante el actual curso eclesial 2012-13.
Con esta iniciativa de la entrega del salario de un día al mes en favor de los parados, también se pretende «fomentar un gesto educativo, testimonial y significativo para solidarizarnos con nuestros hermanos que están en paro», indica el obispo.
(RD/Ep)