No existe un "dios sentado en su trono" observando nuestros movimientos y anotando nuestros fallos
(Jairo del Agua).- Los milagros, más grandes o más pequeños, existen. Hay innumerables evidencias. El problema está en cómo explicarlos, a quién atribuírselos y cómo conseguirlos.
Hay dos corrientes enfrentadas a la hora de interpretar los milagros. Por un lado están los «intervencionistas» y por el otro los «no intervencionistas». Quizás con una imagen entendamos mejor las dos posturas. Pongamos que la creación es una gran olla con muchos y variados manjares a disposición de la humanidad.
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