Es importante aumentar el sentido de pertenencia efectiva y afectiva a la Iglesia y el compromiso de colaborar al sostenimiento económico de la misma
(Vicente Jiménez).- Todos los años por estas fechas realizamos la Declaración del Impuesto de la renta de las Personas Físicas (IRPF) Los creyentes y las personas de buena voluntad, que creen en la gran labor que realiza la Iglesia Católica, tienen la oportunidad de decidir libremente que un porcentaje mínimo de sus impuestos (0,7 %) se destine a la Iglesia Católica. Esto no supone pagar más impuestos ni una disminución en la devolución, si la declaración resulta negativa.
Es verdad que la misión de la Iglesia es de orden espiritual, pero para desarrollar su misión con los compromisos de solidaridad asistencial y social, necesita disponer de recursos económicos. Más en las circunstancias actuales de nuestra sociedad caracterizada por la grave crisis económica que afecta a muchas familias y numerosas personas.
La Iglesia no es ajena a estas dificultades y realiza una labor social y caritativa inmensa y sin meter ruido, sino de forma «callada», que permite ayudar a paliar la difícil situación por la que atraviesan muchos de nuestros conciudadanos. En medio de la crisis económica que nos asola, la Iglesia Católica se está volcando en lo poco y en lo mucho.
Las diferentes acciones de comunicación que viene realizando la Iglesia
(campañas informativas, Iglesia Diocesana, Xtantos, etc), van consiguiendo su objetivo de ir acercando la labor que realiza la Iglesia a la mayoría de la gente e informar de que el sostenimiento de la Iglesia depende de los católicos y de aquellas personas que valoran la labor de la Iglesia en beneficio de toda la sociedad.
Ya hemos comentado en más de una ocasión que de todos los recursos
económicos que requiere la Iglesia anualmente, un 25 % proviene de la «X» en la Declaración de la Renta, y el restante 75 % proviene de aportaciones voluntarias, donaciones, colectas, gestión del patrimonio, etc.
Desde esta carta pastoral recuerdo a todos los diocesanos (fieles, sacerdotes,
consagrados, agentes de pastoral…) que hay que hacer un cambio de mentalidad, que se traduzca en una cultura de la corresponsabilidad, a la que no estamos todavía muy habituados.
Es importante aumentar el sentido de pertenencia efectiva y afectiva a la Iglesia y el compromiso de colaborar al sostenimiento económico de la misma. Para ello tenemos que continuar potenciando la labor de información, concienciación y sensibilización de todos los católicos.
Ante una nueva Campaña de la renta, espero y deseo que vaya en aumento el
número de contribuyentes que marquen la «X» en la casilla de la Iglesia Católica.
Muchas gracias
+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander