"Estoy tan hundido que hasta rezar me cuesta, aunque sea el único consuelo que me queda"
(José Manuel Vidal).- Su voz suena triste y cansada al otro lado del teléfono. Francisco Javier Ruiz, el cura de Churra (Murcia) cuyas fotos haciendo sexo oral arrasan en las redes sociales, está «hundido» y asegura que es «víctima de un montaje».
Las imágenes que han corrido como la pólvora a través de Facebook y Twitter
Para defenderse, presentó, este 15 d emayo de 2013 por la tarde, una denuncia ante los juzgados. Y espera que la Justicia civil y la religiosa reparen su honor «mancillado«.
«Estoy tan hundido que hasta rezar me cuesta, aunque ése es el único consuelo que me queda», explica el párroco, que, nada más estallar el escándalo y aconsejado por su propio obispo, monseñor Lorca Planes, se fue de la casa rectoral de Churra. Para «evitar la presión de los medios, que no dejan de llamar».
De hecho, su móvil suena sin cesar, con peticiones de entrevistas de todo el mundo.
«No estoy concediendo entrevistas a nadie, pero Religion Digital es otra cosa y, por eso, hablaré con usted», dice por teléfono desde su residencia secreta.
Explica que ha sufrido «un impacto terrible».
Tanto personalmente, como sobre todo pensando en su familia. Especialmente en sus padres, que tienen 71 y 70 años.
«Se lo dije yo mismo a mis padres, que están sufriendo un auténtico calvario…Imagínese un hijo sacerdote en esta situación».
En medio de la amargura, Francisco Javier se siente acompañado lógicamente por sus padres y por su familia, asi como por mucha gente de su parroquia.
«La gente está muy triste. Los feligreses me llaman sin parar, para darme ánimos y decirme que están absolutamente seguros de mi inocencia. ¡Cómo le han podido hacer esto!, me dicen».
«Las fotos son falsas y un puro montaje»
El párroco de Churra, que se siente un «sacerdote muy conocido y muy querido» por sus feligreses, está activando dos líneas de defensa.
La primera civil, con la denuncia en el juzgado, para que la Justicia investigue «esas fotos, que son falsas, un montaje».
En la denuncia asegura que él «nunca estuvo en ese lugar y que, por supuesto, no sabe nada de eso».
Preguntado si sospecha de alguien como autor del supuesto «montaje fotográfico«, el cura asegura que «todos tenemos gente que nos quiere mal, pero no tengo ni idea de quién lo pudo hacer. Lo único que pido es que se demuestre que las fotos son falsas y un puro montaje»
A la espera de la investigación judicial y «apartado de la parroquia», considera que su destitución como párroco por parte del obispo de Murcia, monseñor Lorca Planes, no es un castigo ni una penitencia.
«El señor obispo tomó esa decisión como una medida cautelar, para salvaguardarme y protegerme del acoso de los medios de comunicación. Es un hombre muy sensato, que hizo eso pensando en mi bien».
Francisco Javier Ruiz cree a ciegas en su obispo, que le llamó personalmente, para decirle que «era conveniente que me retirase». Por eso, repite: «Mi defensa es el señor obispo».
El sacerdote lleva 12 años como cura diocesano de Murcia, a donde llegó tras exclaustrarse de los capuchinos de Valencia, en los que ingresó y profesó.
Mientras pasa la tormenta, Francisco Ruiz sufre. «Siento un dolor profundo en el alma, porque el mal que me han hecho es irreparable. Por mucho que se demuestre que las fotos son falsas ya han corrido por todo el mundo».
Aún así se consuela pensando que «esta pesadilla pasará, como todo».
Mientras, intenta rezar.
«Hasta rezar me cuesta, porque la cabeza no para. Estoy sufriendo, pero en manos de Dios».
Quizás por eso termina la conversación con una petición que le sale del fondo del alma: «Rezad por mí». ¿Víctima o pecador? La Justicia y el obispo quizás lo digan.