Quien es capaz de ponerse en la piel de la otra persona y de sentir lo que la otra persona siente, lo hace aquí (con las familias en paro y sin recursos), y lo hace también allí
(Jesús Bastante).- Carlos Collantes trabaja en CONFER, en el departamento de Misión y Cooperación, y Javier Ojeda es uno de los responsables de Proclade. Vienen a hablarnos de un movimiento de instituciones que, sobre la base del Evangelio, están intentando atacar el problema del hambre, de la brecha entre ricos y pobres y del sufrimiento humano. Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes son las organizaciones que han llevado adelante la iniciativa «Enlázate por la justicia«.
«El hecho de que las cinco organizaciones nos unamos para hacer algo juntas, es un mensaje ya de por sí valioso», opina Ojeda, y señala que «la Cooperación Internacional implica también un proceso de reflexión y de petición de perdón por nuestra parte, porque no siempre lo hemos hecho bien».
Ambos se muestran contrarios a los recortes en ayuda exterior que se han producido en España. «Abogamos por una solidaridad sin fronteras, que no tiene por qué ser puesta entre paréntesis en momentos de vacas flacas», dice Collantes, quien finaliza con un mensaje de ánimo y esperanza: «En momentos como éste debemos estar dispuestos a la creatividad».
¿»Enlázate por la justicia» es el lema de una vigilia de oración, o es bastante más que eso?
C- El proceso comenzó hace año y medio, a partir de una reflexión interna de Redes sobre la presencia de las entidades, instituciones y plataformas católicas en nuestra sociedad civil española, en el ámbito de la Cooperación Internacional, donde habíamos ido perdiendo protagonismo. A partir de esa iniciativa interna de Redes se invitó a Cáritas Española, a Manos Unidas, Justicia y Paz, a CONFER (que está detrás de redes)…y empezamos a llevar a cabo esa reflexión entre todos (a través de un pequeño grupo representando a las cinco instituciones) durante un año y medio. Tuvimos una primera convocatoria con nuestras bases sociales en enero, que fue un momento interesante, porque allí elaboramos, a partir del proyecto o el carisma de cada una de nuestras instituciones y de las aportaciones de quienes estaban allí y colaboraron, una especie de identidad común. Con valores compartidos, que tienen su raíz en el Evangelio y como horizonte el Reino. De esa reunión salieron varias propuestas, y una era la de tener un momento celebrativo, orante, todos juntos. De ahí salió la idea de la vigilia de oración, que no queremos que sea un acto aislado y puntual, sino con trasfondo y futuro.
¿Que la oración tenga también repercusión, además de trabajo espiritual anterior?
C- Eso es.
¿Por eso la imagen de «enlazarse»?
O- Sí, porque queremos poner voz común a estos problemas, lo que nos parece muy importante incluso dentro de la Iglesia Católica. El hecho de que Cáritas, Manos Unidas, Justicia y Paz, CONFER y Redes nos unamos para hacer algo juntos, es un mensaje ya de por sí valioso. Porque hay cosas que tenemos que hacer entre todos.
¿Qué magnitud alcanzaríais entre todos?
O- Seríamos unas 80 mil personas voluntarias entre las cinco organizaciones, unas 5 mil personas contratadas, unas 400 congregaciones (es decir, unos 45 mil religiosos y religiosas) y unos 130 millones de euros al año invertidos en cooperación.
C- Eso sin contar con nuestras contrapartes en los países del Sur, nuestros hermanos y hermanas, las Cáritas diocesanas locales de los distintos países…
¿La diferencia entre beneficiarios y contrapartes está en la idea de reciprocidad? ¿Es ése el concepto de ayuda o de cooperación internacional que defendéis?
C- Sí, estamos hablando de relaciones de fraternidad, de igual a igual, de cederles el protagonismo en la preparación y desarrollo de los diferentes proyectos, porque son ellos quienes conocen mejor su propia realidad social, en la que los proyectos tratan de incidir de manera positiva. Fundamentalmente se trata de acompañamiento, no de imposición de nuestros esquemas ni de nuestras prioridades porque se aquí sale teóricamente el dinero.
O- Eso implica también un proceso de reflexión, de petición de perdón y de maduración por nuestra parte, porque no siempre lo hemos hecho así. A veces se nos escapa el afán de protagonismo. Esto es algo en lo que estamos de acuerdo las cinco organizaciones, en que estamos compartiendo procesos en los que nosotros también aprendemos.
C- Se trataría de evitar actitudes que a veces podemos llevar infiltradas de un cierto asistencialismo o de un cierto paternalismo, que han estado presentes en momentos pasados pero recientes.
Una de las primeras partidas que se han recortado en estos momentos de cruda crisis económica es la de Cooperación Internacional. ¿Dan la sensación estas medidas tomadas desde el poder de que hay pobres «de primera» y pobres «de segunda»? ¿No es probable que los colectivos desfavorecidos antes de la crisis estén ahora doblemente desfavorecidos?
O- El problema es qué es lo que mueve la cooperación. Nosotros, desde la perspectiva creyente, lo tenemos claro: quien es solidario lo es con los de aquí y con los de allí. Quien es capaz de ponerse en la piel de la otra persona y de sentir lo que la otra persona siente, lo hace aquí (con las familias en paro y sin recursos), y lo hace también allí. Por eso no entendemos cómo puede ir España a la cola de la Unión Europea en cuanto a ayuda exterior para el desarrollo.
C- El mismo secretario de Cooperación de la Comisión Europea calificó lo sucedido como un «recorte desproporcionado», poniendo a España como ejemplo. Y no es un «izquierdista», es alguien del sistema.
O- Es difícil comparar porque cada persona tiene su problema y no hay que desmerecerlos, pero la posibilidad de que una mujer sobreviva al parto en Níger es de una sobre 7, mientras en España quizá es de una entre 30 mil. Nosotros tenemos una renta per cápita que es 30 veces mayor que la de Sudán o Haití. Este tipo de cifras sirven para darnos cuenta de que no nos podemos olvidar de las personas que están en situaciones así, y son cosas que nos tienen que hacer pensar que, si de verdad somos solidarios, tenemos que estar atentos a esto. Las cinco organizaciones estamos de acuerdo en que una sociedad menos solidaria es una sociedad menos fuerte y menos humana.
C- Nosotros abogamos por una solidaridad sin fronteras, que no tiene por qué ser puesta entre paréntesis en momentos de vacas flacas. Porque detrás de ella hay una serie de principios, como la universalidad de los derechos (que rigen siempre y para toda persona). Cuando hablamos de crisis, sin obviar el sufrimiento de tantas personas en nuestro propio país, tampoco hay que perder de vista que el contenido de la crisis es distinto en los países del Sur. La misma lógica de las medidas neoliberales que están implantando aquí las impusieron en Camerún, por ejemplo, durante los años 93 y 94. Las estructuras de estado no son las mismas, porque allí son inexistentes (no hay seguridad social para nadie), y en ese sentido la crisis golpea de manera distinta en los países del Sur que en los países del Norte. Hay una cierta tendencia innata, casi un acto reflejo, a pensar primero en nosotros mismos, pero yo creo que también mucha gente se da cuenta de que tenemos que seguir siendo solidarios.
¿El objetivo de vuestra unión es lograr una mayor incidencia social y política de la que ya tenéis de por sí por separado? ¿Qué capacidad de presión de cara tanto a las políticas que se van a generar como a un posible cambio de actitud creéis que tenéis?
C- Creo que podemos tener una mayor incidencia en segundo aspecto que has mencionado, manteniendo vivas ciertas actitudes en la sociedad, más que a nivel de políticas de Estado. Hay grandes plataformas, ONGs y grupos de presión que están criticando con claridad los recortes sociales y en las políticas de solidaridad y cooperación; pero no sé si es la lucha de David contra Goliat, porque detrás de las políticas de Estado están también las presiones de la Unión Europea, los organismos financieros, etc.
Los recortes generan más desigualdad y más pobreza, y por supuesto todo eso tiene consecuencias muy negativas en el ámbito de la solidaridad y de la cooperación internacional al desarrollo de los pueblos del Sur, con quienes nos sentimos unidos en comunión y justicia.
O- Probablemente también se pierda incidencia en política exterior española, porque la cooperación también es una forma de estar presente como Estado español. Por lo tanto, si perdemos presencia en cooperación perdemos presencia también como Estado.
Es decir, ¿que esta postura tiene un impacto negativo en la imagen de nuestro país, aunque sea por la pérdida de rédito político o por intereses utilitaristas?
C- Sí. De los fondos recortados, sólo la mitad la gestiona el Ministerio de Asuntos Exteriores. La otra mitad la gestionan el Ministerio de Hacienda y el de Economía, lo cual es una contradicción, porque estos ministerios siguen una lógica distinta (la lógica de la economía pura y dura, no la de la solidaridad). Además, al hablar de la cooperación tampoco podemos olvidarnos de la coherencia de políticas, porque a veces damos 1 con una mano y retiramos 3 con la otra. Tenemos que ser críticos y lúcidos con las leyes que regulan el comercio internacional, la fiscalidad, la evasión de capitales… E incoherencias como, por ejemplo, dar ayuda humanitaria mientras, al mismo tiempo, se comercia con armas.
¿En qué punto del proceso se encuentra ahora «Enlázate por la justicia»? ¿Cuál es el camino a recorrer?
O- Creo que tenemos capacidad de incidencia política y la tenemos que utilizar. Pero no queremos hacerlo solas, cada ONG por su parte. Por eso estamos en la coordinadora de ONGs y en otras plataformas. Eso es una ventaja. Nos ven como una especie de alianza española de lucha contra la pobreza, y eso para nosotros es importante. Reflexionar, buscar nuestra propia identidad y ver cómo el otro hermano me está demandando que también hable en su nombre, no significa que nos vayamos a convertir en algo separado y en algo distinto.
C- Queremos trabajar unidos con otras fuerzas sociales que tienen la misma sensibilidad y un parecido sentido de justicia y de solidaridad. Ahora nos estamos reuniendo unas diez personas representando a las distintas instituciones, reflexionando conjuntamente para ir marcando los pasos siguientes. Un objetivo a medio o largo plazo sería preparar conjuntamente una campaña de ámbito estatal, quizás como las pasadas del 0,7, «Sin duda, sin deuda» y demás. En el horizonte tenemos esa perspectiva, pero no tenemos prisa, no queremos quemar etapas. Queremos hacerlo de forma sosegada y sobre todo unidos, en comunión entre todos nosotros.
¿Estáis notando ya alguna repercusión?
O- Se ha generado la chispa de la esperanza. La gente sale de nuestros actos comunes con la sensación de que este camino merece la pena, porque podemos reunirnos alrededor de algo que nos motiva, y eso genera mística; y segundo, porque estamos empezando a recuperar y a hablar un lenguaje común. Cuando decimos determinadas cosas las decimos porque todos las sentimos igual. Las cinco organizaciones somos muy distintas en estilos y en formas, y por eso que lleguemos a hablar de determinadas cuestiones que significan lo mismo para todos es muy importante. Además está la posibilidad de descubrir caminos comunes, proyectos que podemos hacer. Ahora mismo, por ejemplo, hay un proyecto en Sudán del Sur en el que están trabajando 200 congregaciones y en el que también están colaborando Redes, Manos Unidas y Cáritas.
C- En momentos como éste debemos estar dispuestos a la creatividad. Tenemos que despertarnos.
O- Cuando estuvimos haciendo el documento había una palabra que nos daba cierto miedo poner, no porque no creyéramos en ella, sino porque no queríamos que se entendiera mal. Era la palabra Providencia. Para nosotros Providencia no es que Dios lo va a hacer todo, es que la resurrección es tan fuerte que no podemos no tener esperanza en que esto pueda cambiar. Que nosotros sabemos hacia dónde vamos y con quién vamos, y que por lo tanto, por muy difícil que parezca la cosa, el proceso de resurrección ya está en marcha. Para nosotros era muy importante esto, y teníamos miedo de ponerlo porque la palabra Providencia se puede entender de manera distinta.
¿Es importante subrayar la necesidad de compromiso por parte de los hombres y mujeres?
C- Sí, el compromiso de las comunidades, de los grupos… En parte por eso quisimos hacer la vigilia pascual, por el núcleo de nuestra fe y nuestras convicciones de creyentes.
¿Tiene algo de «providencial» la elección del Papa Francisco? ¿Cómo estáis viviendo el nombramiento del primer Papa del Sur, así como la renuncia que lo hizo posible?
C- La renuncia la viví de manera espontánea con alegría, porque me parecía que ese gesto humanizaba la figura y el rol del Papa, y nos acercaba un poco más a la sensibilidad de nuestros contemporáneos. A una cierta edad hay que saber retirarse y dejar el lugar a otros. También es una prueba de fe.
Luego, la elección de Francisco, me resultó como una bocanada de aire fresco. La historia no se repite, pero en cierto modo sí parece como si volviera el clima que supo crear Juan XXIII. Hay que volver a abrir las ventanas de nuestra Iglesia para que el aire entre y nosotros salgamos (a dialogar más con el mundo, con la sociedad y entre nosotros). Por eso estoy viviendo esta etapa con esperanza. También en la sociedad se capta una acogida positiva. Las sorpresas que está generando son recibidas con simpatía por amplios sectores.
O- A la vez hay que ser prudentes, como con los políticos cuando son elegidos: dejarles 100 días para actuar antes de pronunciarse del todo, porque las grandes esperanzas a veces acarrean grandes frustraciones. Pero «apunta maneras», como suele decirse. Parece que siente la necesidad de acercar la Iglesia a determinados hermanos creyentes que no se han sentido suficientemente representados. Por eso me parece una oportunidad. Eso sí: el Papa no es la Iglesia. Ha veces damos tanta importancia al Papa, personalizamos tanto en él, que nos radicalizamos un poco. Es una gran orientación, es una gran apuesta… pero las distintas comunidades, diócesis, conferencias episcopales etc. tenemos que vivir ese proceso de igual manera. Ojalá podamos.
¿Dónde se puede encontrar vuestro manifiesto?
C- En todas las páginas web de las organizaciones que formamos el movimiento.
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Carlos Collantes
-Nuestros valores comunes tienen su raíz en el Evangelio y el Reino como horizonte
-Nuestros proyectos se basan en el acompañamiento a nuestras contrapartes, no en la imposición de nuestros esquemas ni de nuestras prioridades
-Hay actitudes asistencialistas o paternalistas que han estado presentes en momentos pasados pero recientes y que aún podemos llevar infiltradas
-El secretario de Cooperación de la Comisión Europea calificó los recortes en cooperación que ha habido en España de «desproporcionados», y no es un izquierdista, sino alguien del sistema
-Abogamos por una solidaridad sin fronteras, que no tiene por qué ser puesta entre paréntesis en momentos de vacas flacas
-La lucha de las plataformas y ONGs contra los recortes parece a veces la de David contra Goliat
-En momentos como éste debemos estar dispuestos a la creatividad
Javier Ojeda
-El hecho de que Cáritas, Manos Unidas, Justicia y Paz, CONFER y Redes nos unamos para hacer algo juntos, es un mensaje ya de por sí valioso
-La Cooperación Internacional implica también un proceso de reflexión, de petición de perdón y de maduración por nuestra parte, porque no siempre lo hemos hecho bien