A lo largo de otros seis meses iremos aplicando diariamente lo que de forma pausada se nos ha dado a comprender en el semestre anterior (y así, durante una vida entera)
(José Luis Cortés, en Ciclo C -Rd/Herder-).- Todo lo que hemos venido meditando, rezando y preparando durante la primera parte del año (Adviento, Cuaresma, Pascua y Pentecostés), se pone ahora en práctica en virtud de un tiempo «ordinario» que se nos concede para ello.
A lo largo de otros seis meses iremos aplicando diariamente lo que de forma pausada se nos ha dado a comprender en el semestre anterior (y así, durante una vida entera).
Para no caer en la rutina, he estructurado esta segunda parte de El Ciclo C alrededor de los domingos: al Evangelio de cada domingo le dedico siempre tres páginas de «cómic», de teología ordinaria, de andar por casa, que vayan poniendo ritmo al transcurrir del verano y el otoño.
Y después, a partir del Evangelio dominical, repaso algunos otros «temas relacionados con la lectura principal», que representan otros tantos modos de prolongar durante la semana la meditación de ese Evangelio del domingo.