Josef Koudelka, el fotógrafo de los zíngaros, de los desprotegidos, testigo con su cámara de la invasión de Praga, pero también autor de la serie "Caos", aseguró que nunca se habría imaginado recibir un encargo del Vaticano
Quien esperaba encontrar en el primer pabellón que representaba al Vaticano en la Bienal de Venecia una exposición de arte sacro ha quedado sorprendido, porque la propuesta de la Santa Sede es una reinterpretación del libro del Génesis, pero de manera laica.
Este viernes quedó inaugurado el primer pabellón del Vaticano en la Bienal, en su 55 edición, instalado en la Sala de Armas de la zona del Arsenal, que podrá ser visitado como el resto de las propuestas desde este sábado hasta el 24 de noviembre.
Si en el pasado los papas intervenían incluso personalmente ante los artistas para la realización de las obras, el presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, ya explicó que en esta ocasión se ha dejado total libertad a los artistas.
«No hemos pedido a los artistas crucifijos o vírgenes«, aclaró Ravasi durante la presentación de este pabellón, hace algunas semanas en el Vaticano.
Por ello, la sorpresa de los expertos que han acudido a visitar este pabellón es que no encuentran en él arte sacro, sino grandes representantes del arte contemporáneo, como el fotógrafo Josef Koudelka, el artista plástico Lawrence Carroll y la vídeo-instalación de Studio Azzurro.
El Vaticano ha querido que estos artistas se inspiraran en los primeros once capítulos del Génesis, dedicados «al misterio de los orígenes, a la aparición del mal en la historia, a la esperanza y a los proyectos de los hombres tras la devastación simbólicamente representada en el diluvio».
Pero la sorpresa también fue para los artistas cuando el Vaticano les llamó.
Josef Koudelka, el fotógrafo de los zíngaros, de los desprotegidos, testigo con su cámara de la invasión de Praga, pero también autor de la serie «Caos», aseguró que nunca se habría imaginado recibir un encargo del Vaticano.
El fotógrafo checo, de 76 años, recibió una carta con el membrete de la Santa Sede en la que se le pedía colaborar con una creación para ilustrar una parte de la reinterpretación del Génesis, la «De-creación», la contraposición del hombre al mundo y a sus leyes naturales.
«La propuesta me interesaba mucho porque la ‘decreación’, la ‘destrucción’ es algo de lo que me ocupo desde hace 30 años. Lo que era importante para mí es que mi obra no fuese vinculada a la religión, que nadie preguntase si soy o no soy católico», explicó Koudelka.
«Mi religión es la libertad -añadió-, pero me entendieron y me dieron la garantía de hacer lo que quisiese«.
La parte de Koudelka es la central y está formada por 18 de sus famosas panorámicas, recogidas en trípticos, con los conflictos, el mundo industrial y la naturaleza, que cubren un arco cronológico que va del año 1986 al 2012, y muestran la desolación y el abandono causados por la mano del hombre.
El pabellón, cuyo comisario ha sido el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, recibirá al público con tres obras de Tano Festa sobre «La creación» de Miguel Angel en la Capilla Sixtina.
Para después pasar a la vídeo-instalación de los artistas milaneses de Studio Azurro, compuesta por cuatro pantallas, tres en la pared y una en el suelo, que ponen al hombre en el centro de la escena y que estimulan al observador con movimientos físico-sensoriales.
Tras la parte de Koudelka con su impresionante blanco y negro, se pasa a la «Re-creación», que nace a partir del diluvio universal, la búsqueda representada en la historia de Noé y su familia y después en la de Abraham y sus descendientes, y que está en manos del artista estadounidense, aunque nacido en Australia, Lawrence Carroll.
La instalación del artista, conocido por el uso de materiales pobres y su reutilización, bajo el nombre de «Another Life» (Otra vida), ha sido creada especialmente para la Santa Sede.
Está compuesta por cinco grandes paneles colocados en las paredes con sus famosos materiales, cuerdas y bombillas, mientras que en uno de ellos, decorados con óleos y ceras, se ha utilizado la innovadora técnica del «freezing painting» (pintura congelada).
El impresionante panel tendrá que ser periódicamente congelado y descongelado y, debido a este proceso, cada hora y cada día variará la experiencia visual.
(Rd/Agencias)