Los intérpretes están de notable. Aunque se trata de una obra eminentemente coral, la Magdalena está impresionante. Al igual que Juan, los Demonios o Caifás
(Jesús Bastante).- «La única religión, el único camino, el único mandato… será el amor«. Jesús muere en la cruz, entre demonios, sumos sacerdotes y soldados. A sus pies, María, Magdalena y Juan. Los apóstoles han huído. Una música lúgubre cubre la escena. Y Jesús canta. Y resucita, pues no podía ser de otro modo. Así concluy «33. El musical», el sueño que desde hace una década persigue el sacerdote y compositor Toño Casado y que ayer, al fin, tuvo un primer bautismo de fuego en Madrid.
El Teatro de los Calasancios fue el rincón que acogió un «ensayo vip» del musical. Un ensayo privado, con texto y partitura, con música y voces. Con una mínima escenografía pero que sirvió para que unas 300 personas -empresarios, religiosos, educadores, responsables diocesanos, medios de comunicación…- tuvieran un primer contacto con este espectacular instrumento de evangelización. No diga Jesús, diga «33». O cántelo. En las parroquias, en las esquinas, en las ciudades… y, con un poco de suerte -y de financiación-, también en los teatros. En Gran Vía, en Canal… Todo es posible.
Se trató de un ensayo con música en directo, el primero que los 33 actores-músicos que componen el elenco de «33» hicieron ante el gran público. Este cronista ha tenido la suerte de acompañar a Toño, Miguel Ángel, Mariángeles, Juan, Favier, Belén, Gonzalo, Iztiar, Beatriz y demás en algunas pruebas, y lo cierto es que el resultado no hace más que mejorar. Un musical imprevisible, alegre, lleno de vida y de Evangelio, con una música especialmente cuidada y un texto rompedor, que rezuma las palabras de Jesús, actualizadas en un espectáculo sonoro y expresivo de primera línea. A la altura de musicales que hoy se están viendo en los mejores teatros.
Desde la fantástica Obertura a la Resurrección, pasando por las Tentaciones, el inusual Coro de los Apóstoles, la desgarradora Bienvenidos o la divertidísima Encuesta, «33» resulta una sorpresa tras otra. «Ciegos» o «Fuera» reflejan el enfado de Jesús, mientras que las Bienaventuranzas o Bienvenidos 2 nos hacen viajar al momento en que el hijo de Dios anunciaba el Reino con alegría.
Los intérpretes están de notable. Aunque se trata de una obra eminentemente coral, la Magdalena está impresionante. Al igual que Juan, los Demonios o Caifás. El último fichaje, Miguel Ángel Mota, que interpreta a Jesús, nos muestra un personaje que duda, siente y ama. Todavía quedan cosas por pulir, especialmente en lo tocante al sonido o la escenografía -no olvidemos, como apuntó al comienzo el propio Toño Casado, que se trataba de un ensayo con puesta en escena pero sin apenas trabajo actoral-, pero lo cierto es que, con lo visto ayer, «33» ya podría representarse en el Auditorio.
Pero la aspiración es mucho mayor: conseguir que «33» sea lo que quiso desde un principio ser, lo que soñó hace más de una década Toño Casado, un musical que pueda representarse no ya en parroquias o colegios católicos -aunque podría, pues es un magnífico instrumento de evangelización-, sino compitiendo en el mercado.
El resultado, de momento, es esperanzador. Y las expectativas altas. Pero los chicos y chicas de «33» continúan necesitando tu ayuda. Puedes contactar con ellos a través de la web o el Facebook del musical, escribiendo al correo [email protected] o llamando a Óscar: 668869334.