Pablo VI, aquel mismo año, dijo que “la herencia de Juan XXIII no podía quedar encerrada en su sepulcro”
(Lluis M. Sistach).- El pasado día 3 de junio se han cumplido cincuenta años de la muerte del papa Juan XXIII, un hecho que conmovió al mundo entero, que se había sentido amado y podríamos decir que también interpretado por el que fue llamado el Papa bueno, como nos ha recordado recientemente el Papa emérito Benedicto XVI.
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