En sociedades en crisis la existencia de líderes que se arriesgan por la paz y el entendimiento es un factor decisivo para superar los conflictos
(JCR).-«¿Acaso dice el Corán que es bueno robar, saquear y matar a otras personas porque no son de nuestra religión?» Con esta convicción se expresa el presidente de la comunidad islámica en Bangui, el Imam Oumar Kobine Layama. Yo mismo tuve ocasión de escucharle durante los días 10 y 11 de junio en un encuentro de formación que coordiné pare 52 líderes religiosos musulmanes, católicos y protestantes.
Cada vez es más común que en sociedades en conflicto los líderes de las principales confesiones religiosas organicen consejos inter-religiosos y otras iniciativas similares por la paz. En la República Centroafricana, el imam Layama, el arzobispo católico Dieudonné Nzapalainga y el reverendo Nicolas Guerekoyame lo comenzaron en diciembre del año pasado y desde entonces su movimiento se extiende como una luz que ayuda a dispersar la oscuridad del caos y el enfrentamiento en el que está sumida esta nación africana.
La primera vez que encontré al arzobispo de Bangui, en enero de este año, y le pregunté qué necesitaban para apoyar sus esfuerzos por la paz, no dudó en responderme: «necesitamos formación en mediación y resolución de conflictos, porque la violencia terminará un día, pero las heridas que el conflicto ha dejado en las comunidades tardarán mucho tiempo en curarse». La Iglesia Católica ha sufrido enormemente desde que comenzó la rebelión de Seleka. Sus milicianos, musulmanes en su mayoría, han profanado iglesias, destruido instituciones católicas que prestaban un servicio inestimable a la población, y robado más de cien vehículos en varias diócesis. En algunos casos, como ocurrió con el obispo de Bambari monseñor Edouard Mathos, sus sacerdotes han sufrido agresiones físicas y amenazas. También los cristianos evangélicos han padecido su parte. A mediados de abril un obús lanzado por la Seleka en un barrio de Bangui cayó sobre una iglesia donde rezaba un grupo de personas y murieron cuatro jóvenes.
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