El Régimen de Franco (ya antes de ser papa) siempre vio con recelo a Montini e incluso lo acusó de ser enemigo de España
(Josep Miquel Bausset).- El 21 de junio de 1963 el cardenal Montini fue elegido papa. El arzobispo emérito de Oviedo, Gabino Díaz Merchán (el único obispo español vivo que participó en el Concilio) decía del papa Pablo VI: «vivió el espíritu conciliar con serenidad y esperanza, tenia una fina espiritualidad y una admirable altura intelectual».
Pablo VI, nacido el 1897 a la Lombardía, fue ordenado sacerdote en 1920 y dos años mas tarde entró a trabajar en Secretaria de Estado del Vaticano. Considerado progresista ya desde joven, se opuso al Régimen dictatorial de Mussolini. Fue nombrado arzobispo de Milán el 1954 y a la muerte de Juan XXIII, fue elegido obispo de Roma.
Pablo VI, con el Concilio, llevó a la Iglesia a l’aggiornamento, ya que deseaba que, con el Vaticano II, «la Iglesia comprendiera mejor el hombre moderno».
El Régimen de Franco (ya antes de ser papa) siempre vio con recelo a Montini e incluso lo acusó de ser enemigo de España. Pablo VI suplicó al dictador, el septiembre de 1975, que conmutara las penas de muerte a los militantes de ETA y del FRAP, sin que Franco atendiera la petición del papa.
Pablo VI fue un maestro en la creación de gestos simbólicos, como besar la tierra que visitaba, la renuncia a la tiara, el intercambio de anillos con el Primado Anglicano, la restitución de reliquias a la Iglesia Oriental o el encuentro con el Patriarca Atenágoras I, con el levantamiento de las excomuniones mutuas que provocó el Cisma de Occidente de 1054.
Cuando el 14 de septiembre de 1975 a la Capilla Sixtina, Pablo VI recibió al Metropolitano Melitón de Calcedonia (enviado por el Patriarca Dimitrios I de Constantinopla) el papa Montini, en un gesto de amor, abrazó con afectó a Melitón y después, arrodillado delante de él, le besó los pies. Y es que Pablo VI, que apostaba por el ecumenismo, siempre construyó puentes de dialogo y de acercamiento con las otras Iglesias Cristianas.
Pablo VI tuvo una relación intensa con Montserrat, ya de cuando Montini era arzobispo de Milán. «Las noticias que vienen de Montserrat me cautivan y me edifican: in omnem terram exivit sonus eorum! Estas son las funciones de estos centros de altísima espiritualidad, y que bien las realiza este monasterio». Esto escribía el 30 de julio de 1958 Giovanni Battista Montini, arzobispo de Milán, al P. Gabriel Mª Brasó prior de Montserrat. Y es que lo que unía a Milán y a Montserrat, según Montini, era un «vínculo especial, que se intensificó los años que el benedictino Ildefonso Schusterfue arzobispo de Milán».
Aunque fue invitado a venir a Montserrat, el cardenal Montini nunca visitó nuestro monasterio, debido a que el arzobispo de Milán era considerado «enemigo del Régimen». Aún así, mantuvo contactos epistolares frecuentes con el prior Gabriel Mª Brasó y con el abad Aureli Mª Escarré, como escribía Eliana Versace en el Osservatore Romano el 6 de agosto de 2011.
Debido a la su amistad con Montini, al P. Gabriel se le encargaron algunos servicios de confianza por parte de la Santa Sede y más tarde, fue el Abad Brasó quien le aconsejó a Pablo VI, la necesidad que los obispos de Catalunya entendieran la lengua de las diócesis que venían a servir. En una audiencia del papa al Abad Gabriel y debido a su amistad, Pablo VI se mostró dolido por las protestas en Barcelona, por el nombramiento de D. Marcelo González como obispo. El papa le dijo al Abad Brasó, que quería mucho a Barcelona y que le habían asegurado que D. Marcelo era el mejor de todos los candidatos posibles. El Abad Brasó le explicó al papa el problema cultural, comparando Milán con Nápoles: «¿Santidad, es comprensible que un obispo napolitano sea nombrado obispo de Milán? El papa respondió con énfasis, que de ninguna manera. Y el P. Gabriel le dijo: «Pues eso es lo que pasa en Catalunya con los nombramientos de obispos extraños a nuestra cultura y a nuestra lengua». A partir de aquel momento, no se ha nombrado ningún obispo en las diócesis catalanas, que no sea catalán, valenciano o balear.
Fruto de la amistad entre Montini y Brasó, el 1969, el P.Gabriel dirigió los ejercicios espirituales a Pablo VI.
El 1971, el papa Montini pidió a Montserrat que enviara una pequeña comunidad de monjes a Tantur, para poner en marcha el Instituto Ecuménico de Estudios Teológicos, integrado por católicos y cristianos de otras confesiones. Antes de viajar a Tantur, los monjes, con el P. Adalbert Franquesa a la cabeza, fueron recibidos en audiencia por Pablo VI, que les dio el cáliz y la patena para las Eucaristías de todas les confesiones cristianes que convivirían en Tantur.
Hombre espiritual y inteligente, de gran corazón y de fina sensibilidad, el papa Pablo VI fue en la Iglesia, un auténtico hombre de Dios. Guió a buen término el Concilio y estableció puentes de dialogo con el mundo moderno. Pablo VI, de quien celebremos ahora el 50 aniversario de la su elección como obispo de Roma, fue un hombre que supo trabajar por la paz y por la unidad de todas las Iglesias Cristianas.