Algunos andan buscando cómo juntar casas con casas y campos con campos sin dejar espacio a los pobres, pero ante eso hemos de oponer una lógica distinta, la lógica del don
(Bernardo Pérez Andreo).- Mientras existan personas como Antonio López Baeza, que va regando a su paso los sembrados de la justicia, la paz y la misericordia, nos quedará la esperanza de que un mundo distinto es posible. Gracias, hermano, por tus palabras y por tu amistad; por dedicar algo de tu poesía a mis reflexiones sobre este mundo y el otro que anhelamos. Gracias por tanto que nos has dado a tantos y por tu último libro publicado en Narcea, La oración, aventura apasionante. Solo se escucha desde el silencio.
Algunos andan buscando cómo juntar casas con casas y campos con campos sin dejar espacio a los pobres, pero ante eso hemos de oponer una lógica distinta, la lógica del don. Frente al productivismo suicida, la espera del Amado; frente a la búsqueda insaciable del lucro, la entrega sin límites al otro; frente al endurecimiento del corazón de un mundo preocupado por el presente, la memoria de las víctimas y el proyecto futuro de un mundo de amor y dignidad para todos los que anhelan la vida en el Amor que nos construye como verdaderos seres humanos, hermanos todos e hijos del único Padre, que hace salir el sol sobre justos e injustos.
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