La pérdida de memoria puede ser enfermedad grave para el porvenir de la sociedad y de la Iglesia
(Jesús Espeja).- Cuando una persona ya no recuerda el pasado, es señal de que está perdiendo facultades ¿Ho hay peligro de que algo similar esté corriendo en este cambio profundo y rápido de cultura que nos toca vivir? El peligro es fácilmente constatable. A finales de junio en el «atrio de los gentiles», un espacio de diálogo creado por los dominicos en Madrid, dos ilustres pensadores reconocían este fenómeno preocupante: a las nuevas generaciones no interesa el pasado. Como fenómeno ahí está; es algo constatable y sólo cabe interpretarlo, dejando siempre abiertos los interrogantes que plantea.
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