¿Por qué razón convertimos en protagonistas de la opinión pública a personas indeseables o enfermas como Bretón?
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(Pedro M. Lamet).- La televisión ha conseguido que la realidad supere a la ficción. Todos hemos asistido a un thriller en directo con el tiempo dedicado por los medios al caso Bretón.
Hemos contemplado docenas de horas el rostro impasible de este ciudadano de ojos saltones y rostro implacable. Hemos seguido las pesquisas de la policía, los inoformes forenses, los veredictos de los psiquiatras, la dolorida serenidad de una madre desconsolada, víctima de una venganza. Y hoy hemos asistido a la sentencia del jurado popular como si de un film de Hollywood se tratara interpretado no por actores sino por personas de carne y hueso.
Todos los ingredientes del cine y la novela negra nos han sido servidos puntualmente. No voy a evaluar aquí el fondo de la trama, es decir la culpabilidad de Bretón ni la eficacia del jurado popular en España porque no soy un experto en temas jurídicos. A primera vista, a pesar de que jurídicamente hablando a pesar de que no se ha podido verificar que el ADN sea el de los niños Ruth y José, la confluencia abrumadora de datos y el perfil psicológico del acusado parecen corroborar la sentencia como plausible. En todo caso un posible recurso al Tribunal Supremo entra entre las garantías de nuestro sistema procesal..
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