De las homilías del Papa podemos resumir el proyecto de vida cristiana, “con el estilo del Buen Samaritano
(Ángel Moreno, de Buenafuente).- El dolor no es estético, ni nos atrae la pobreza. Los que pasaron de largo cerca del que estaba caído en la calzada, demostraron el rechazo que cabe sentir ante lo que inestabiliza, no es cómodo y compromete.
Ante esas situaciones, es muy habitual evadirse, no mirar, hacer que no se ve, porque de lo contrario, sería demasiado escandaloso. Pero no es remedio. El Señor ha grabado en nuestro corazón la ley del amor, por la que estamos llamados a la compasión, a la solidaridad, a compartir los bienes. La Eucaristía, sacramento del amor de Dios, nos invita a devolver amor al mismo Dios, a quienes formamos su mismo Cuerpo, la Iglesia, y a la carne ungida de los pobres.
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