Enfrentarse a los que se están forrando de millones a costa del sufrimiento y del despojo de los derechos fundamentales de los más desamparados es muy peligroso
(José Mª Castillo)- El papa Francisco está hablando y actuando de manera que da motivos de esperanza. Pero también de miedo. Esperanza y miedo que, si se piensan mirando fijamente al Evangelio, enseguida nos viene a la memoria el extraño contraste que entrañan las palabras de Jesús a los apóstoles cuando los mandó a decir por el mundo que ya está cerca el «reinado de Dios».
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