La Iglesia es la luna que debe reflejar el sol que es Dios (Cristo), pero no es Dios
(Andrés Ortíz-Osés).- Hermenéutica significa interpretación, y resulta obvio que el Papa Francisco inaugura una hermenéutica abierta y una interpretación aperturista en medio de la Iglesia. Esta apertura lo es hacia adentro y hacia afuera, a través de los intersticios, abriendo puentes como auténtico «pontífice», en lugar de cerrarlos pontificando.
Por eso no se presenta como un Papa o Patriarca sino como un Fratriarca, como el Obispo de Roma, primado o primero entre los iguales (primus inter pares), y no como primado o primero entre los desiguales (primus inter ceteros).
Ahora todos somos pecadores ante Dios y ante los hombres, pero pecadores arrepentidos, y no pecadores corruptos sin arrepentimiento.La Iglesia se abre y avanza recuperando precisamente los valores evangélicos de la pobreza, la compasión y el perdón, algo tan humano y tan cristiano que parece mentira que lo hayamos puesto entre paréntesis. Como dijo Jesús, no juzguéis y no seréis juzgados: y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. En consecuencia, como afirmó el Papa Francisco, «¿quién soy yo para juzgar a un gay?»
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