El hombre, como su padre Creador, tiene esa capacidad de creatividad y, en las situaciones más difíciles, también de pobreza, puede buscar esa belleza
(AVAN).- El profesor de la Facultad de Teología de Granada Francisco Alarcos ha manifestado hoy que «la pobreza, el sufrimiento del ser humano, es, precisamente, el signo del empeño que Dios tiene para que esa situación sea superada«.
Francisco Alarcos ha inaugurado con la ponencia titulada «El pecado Original y la pobreza» el curso de verano de Teología que la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» celebra desde hoy y hasta el próximo viernes en Santander. durante el curso titulado «Nuevos signos, nueva evangelización: el Evangelio y los pobres».
El profesor ha defendido que «la pobreza sí que es consecuencia del Pecado Original«, y ha explicado que «transgredir el orden creado armónicamente por Dios para que todos pudiésemos vivir con dignidad, querernos convertir en dominadores del bien y del mal, lleva a que busquemos la estrategia no para hacer el bien, sino para hacer el mal». Asimismo, ha asegurado que «esta realidad sigue presente en nuestros días».
Igualmente, en su ponencia, el teólogo ha «rastreado las consecuencias del pecado original» y ha enumerado las situaciones de «deuda impagable, miseria, hambre, condiciones de higiene, de vivienda y de salud miserables para dos terceras partes de la población, analfabetismo o desempleo».
Todo ello «reviste mayor gravedad aún cuando no nos encontramos ante una etapa provisional ni ante un fenómeno casual, sino que es una situación resultante de estructuras económicas, sociales y políticas permanentes y articuladas», ha expresado Alarcos, siguiendo el Documento de Puebla, que la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizó en 1979.
Por otro lado, en la jornada de hoy también ha participado el profesor de Doctrina Social de la Iglesia de la UCV José Cosme con la ponencia «Acercar el evangelio a los pobres: Arte y Fe».
Cosme ha recordado que, «desde la cosmovisión cristiana, como defendió el beato Juan Pablo II en su ‘Carta a los Artistas’, el ser humano es una criatura creada por Dios y creadora, que tiene la capacidad de generar obras de arte, una belleza que evoca la bondad, la verdad y la belleza máxima, que es Dios».
De esta manera, «toda sensibilidad estética o plástica tiene que servir para hacer comprender que el hombre es un ser con una dignidad máxima por ser hijo de Dios«, ha asegurado Cosme. «El hombre, como su padre Creador, tiene esa capacidad de creatividad y, en las situaciones más difíciles, también de pobreza, puede buscar esa belleza, tanto en las acciones cotidianas como en la naturaleza, que el ser humano puede transformar, utilizar y tener como herramienta de expresión», ha detallado.
Al término de su disertación, José Cosme ha propuesto «el arte de la evangelización, que podría ser como un nuevo ‘pop art’ que contraste con la idea de arte-comercial, arte-mercado, arte-museo». La Iglesia «siempre ha estado muy unida a las muestras artísticas que ayudan a transmitir el Evangelio, de hecho, casi todo nuestro patrimonio cultural en Europa, tanto la pintura, como la arquitectura o la escultura, tiene unas referencias cristianas que narran la verdad revelada por Cristo», ha añadido.