No basta decir que Jesús nos ama. Tenemos que descubrir cómo nos amamos y que estamos haciendo para crecer en la construcción de relaciones más justas y solidarias
(Ivone Guebara).- No quiero comentar los discursos del Papa Francisco, ni la alegría que muchos de nosotros/as hemos sentido con su simpatía, cariño y proximidad. No quiero hablar sobre algunas posiciones coherentes anunciadas en relación con las estructuras de la Curia Romana. Sólo quiero tejer dos breves observaciones. La primera es sobre la entrevista del Papa en el avión de regreso a Roma, cuando se le preguntó sobre la ordenación de las mujeres y dijo que el tema estaba cerrado, o sea dijo NO. Y agregó que una «teología de la mujer» debía hacerse y que la Virgen María era superior a los Apóstoles, por tanto nada de anhelar un lugar diferente para las mujeres.
La segunda observación se refiere a la identificación del nuevo catolicismo juvenil con cierta tendencia carismática muy en boga en la iglesia católica hoy. Esto debería llevarnos a cuestiones muy serias, más allá de nuestra sed de tener líderes inspirados que hablen a nuestro corazón y que renuncien a los discursos teológicos racionalistas y dogmáticos del pasado.
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