Jesús no ha distinguido las funciones de varones y mujeres. Este no es un dato accidental, detalle del que luego pueda prescindirse
(Xabier Pikaza).- Quiero recoger, de manera inicial, algunos datos y reflexiones del Nuevo Testamento sobre las mujeres, para situarlas en el principio de la Iglesia, sacando la conclusión de que ellas no se distinguen de los varones en cuanto cristianas.
El evangelio ha llevado hasta el límite tanto la libertad (distinción, independencia) como la igualdad (dignidad, valor de cada uno) y la comunión (servicio, ayuda mutua) entre los seres humanos. Varones y mujeres aparecen como seres libres: capaces de realizarse de manera personal, desde la gracia de Dios; unos y otras son iguales, sin que pueda hablarse de prioridad de un sexo sobre el otro; por eso puede haber entre ellos verdadera relación humana, más allá de los imperativos de una ley o naturaleza que ha entendido los sexos de forma jerarquizada.
Para leer el artículo completo, pincha aquí: